Revista Medios y Mensajes

Porque no son progubernamentales

¿HAY QUE CLAUSURAR LOS DIARIOS NACIONALES?

Guillermo Cortés Domínguez (*)

Hay opiniones de militantes del FSLN en contra de los dos diarios nacionales, quienes a tono con el más duro discurso que ha caracterizado al Presidente de la República, Daniel Ortega --y candidato a Presidente pese al doble candado constitucional del Arto. 147--, plantean que estos periódicos son expresiones de la oligarquía –¿de la vieja, de la nueva, de ambas?--, que obedecen a consignas del imperialismo y a manuales de la CIA. ¿Entonces hay que clausurarlos? ¿El Nuevo Diario y La Prensa deben ser cerrados por el gobierno “revolucionario” porque atentan contra el nuevo orden social que se trata de construir en Nicaragua? Además de cortarle los anuncios del Estado, ¿hay que suprimir a estos diarios?

Este fin de semana prácticamente no circuló el diario La Prensa, porque lo impidió un grupo de personas que tiene un reclamo contra esta empresa. ¿Esto es correcto? ¿Está bien que un grupo asociado al Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), organismo gremial de trabajadores del FSLN, obstaculice la circulación de uno de los diarios de alcance nacional? ¿Actúan de acuerdo a la ley o deberían atenerse al juicio que han incoado contra esta empresa y que está en proceso?

También hay preguntas para la Policía Nacional, que se ha mostrado muy eficiente en varios episodios de protestas contra el gobierno, pero en este caso no dio la cara, y más bien permitió que se dieran los hechos que impidieron por varias horas cruciales que el periódico saliera hacia las manos de los lectores. ¿Está justificada esta ausencia de la Policía Nacional? ¿Estos hechos no son de su incumbencia? ¿La Policía Nacional debe mantenerse al margen de grupos de personas que actúan con violencia para impedir las actividades cotidianas de un medio de comunicación impreso? ¿Este hecho acaso no tiene que ver con la seguridad pública, que es del resorte exclusivo de la Policía Nacional? ¿Esta pasividad de la Policía Nacional ante un grupo que opera bajo la bandera del FNT y del FSLN es parte de una creciente pérdida de su verdadera identidad, profesionalismo e institucionalidad?

¿Qué opinan los colegas? ¿Hay que barrer al diario La Prensa de la faz de Nicaragua porque no tiene la misma agenda del gobierno, por tener una agenda diferente, por criticar al Ejecutivo, por oponerse a algunas de sus políticas, porque sus noticias son más negativas que positivas, porque no proyecta los beneficios sociales que impulsa el gobierno? Este podría ser otro tema de debate. ¿Tienen derecho a existir los medios de comunicación que tienen su propia agenda informativa y opinativa y que es diferente a la del partido de gobierno? ¿Cuando un medio de comunicación no sigue la agenda gubernamental es porque actúa bajo los dictados de la CIA?

Los más grandes empresarios de Nicaragua tienen derecho a sus enormes operaciones económicas y a sus cuantiosas ganancias, como los banqueros, siempre y cuando no se metan en política? ¿Otro tipo de empresarios, como los de los medios de comunicación, entonces deberán estar excluidos del trato que se les da a los banqueros y a toda la oligarquía financiera de este país? ¿Qué opinión le merece esto a los colegas?

Y si un periódico nacional por ser calificado de agente del imperialismo yanqui y lacayo de la CIA debe ser impedido de circular y clausurado, ¿cómo se sabe que en efecto sigue los dictados de Washington? ¿Todos los medios críticos al gobierno lo son por su servidumbre ante la oligarquía y la CIA o porque tienen una agenda informativa diferente a la del gobierno? ¿Cómo se sabe si es lo uno o lo otro. ¿Se sabe porque lo diga el gobierno? ¿El gobierno es el gran juez que da su veredicto y se debe cumplir su sentencia? ¿Quienes critican al gobierno son contrarrevolucionarios? ¿Hay revolución en Nicaragua? Si son contrarrevolucionarios, entonces, ¿no tienen derecho a existir? ¿Solo los medios que están con la “revolución”, es decir, con el FSLN y con el gobierno, tienen derecho a existir?

La Declaración Universal de los Derechos Humanos y todo lo que consigna respecto a las libertades políticas como la libertad de expresión, ¿sólo son aplicables a un sector social, a los segmentos de la sociedad que apoyan al gobierno? ¿O no son válidas del todo porque esta Declaración es de naturaleza burguesa y no importa que Nicaragua como país la haya suscrito y que ésta sea el gran referente mundial al respecto, precisamente porque todos los estados del mundo la han asumido?

(*) Editor de la Revista Medios y Mensajes.