Inyección inmediata de US$ 1.5 millones a El Nuevo Diario
Grupo Pellas le gana “por una nariz”
al Grupo Ortega-Murillo-Albanisa
al Grupo Ortega-Murillo-Albanisa
Guillermo Cortés Domínguez
En el sonado caso de El Nuevo Diario (END), el gran capital tradicional le ganó la partida por una nariz al nuevo gran capital emergente representado por la familia Ortega Murillo, la cúpula del FSLN y Albanisa. Cuando todo parecía indicar que estos últimos se convertirían en los nuevos dueños del periódico en crisis, cumpliendo con un anhelo largamente esperado, a última hora se quedaron con las manos vacías, pues el Grupo Pellas elevó la parada y ganó el juego. Son los nuevos dueños de END.
¿Este hecho iniciará un choque de trenes entre los dos grupos económicos más grandes de Nicaragua? Podría ser que mantener la política editorial de END –como este mismo diario anuncia en su edición de hoy—provoque irritaciones en el Frente, que lleven a fricciones con los nuevos propietarios. Y como se sabe, ambos han suscrito una especie de acuerdo de coexistencia pacífica, y cada quien opera con éxito sus negocios en aparente tranquilidad y armonía.
Llama la atención que esta mañana el Director de La Primerísima, y delegado de la Primera Dama Rosario Murillo, para el sector de los medios de comunicación y periodistas, William Grigsby, se haya empeñado en afirmar varias veces que el Frente no tenía interés en comprar END. ¿Entonces para qué la co-Presidenta de facto por decisión unilateral de su esposo, conversó varias veces con Francisco Chamorro en los últimos días? De seguro no era para contarse chistes.
¿Es preferible que lo haya comprado el sector privado tradicional? ¿O era mejor que lo hubiese adquirido la nueva casta empresarial del FSLN? No estoy seguro. Por un lado, los medios del Frente son pura propaganda, se olvidaron del periodismo, es decir, de consultar a diversas fuentes y de ofrecer distintos puntos de vista. Sólo dan la versión oficial, y únicamente acerca de algunos hechos, sobre otros, por ser negativos o inconvenientes para el gobierno y el partido, no informan en absoluto. Y no hay crítica. No hay investigación. El periodista que lo haga, va de patitas a la calle.
Se conserva un medio crítico
En los medios de comunicación tradicionales, ya sea de corte familiar o empresarial, y en los espacios que rentan los periodistas, hay una oferta informativa mucho más amplia y diversa, aunque no exenta de sesgos y manipulaciones, por ejemplo, hay insuficiente información de los logros de la gestión estatal. Pero en los medios del Frente prevalece la orden tajante de que no hay espacio para el que piense diferente del partido. Sólo se puede decir “la verdad oficial”, por eso son conocidos como medios “oficialistas”. Algunos hasta se han convertido en expertos en la difamación y no conocen ningún límite moral.
La compra de END por parte del Grupo Pellas evitó que este diario cayera en manos del grupo económico del partido de gobierno y la familia Ortega Murillo, es decir, imposibilitó que desapareciera un medio de comunicación con una agenda informativa amplia y que se convirtiera en la versión impresa de Multinoticias o El 19, lo que habría significado el cierre de una caja de resonancia extraordinaria para quienes difieren de los gobernantes: la sociedad civil, los partidos opositores y la sociedad en general. Es mil veces preferible un medio crítico al gobierno, que uno adulador y propagandístico.
Pero los nuevos propietarios traen consigo varios peligrosos gérmenes que pueden infectar mortalmente al periodismo investigativo que ha venido desarrollando END y a su agenda informativa en su conjunto, sobre todo si la dirección del diario es suplantada por personal no periodístico, como burócratas mercadotécnicos, administradores o economistas. De momento, han confirmado a todo el personal, incluyendo el de dirección editorial, es decir, Danilo Aguirre Solís y Francisco Chamorro. Por supuesto, los gerentes administrativos deben ceder su lugar a los que designen los nuevos propietarios. No van a confiar su inversión a quienes no supieron cuidar la propia, porque alguna responsabilidad tienen en la quiebra, no es sólo que el gobierno les haya negado anuncios durante cuatro años y que los haya cercado por medio de la DGI y la DGA.
Y hay otros gérmenes que ya han dado buena cuenta de muchos esfuerzos periodísticos en casi todos los medios de comunicación no oficiales, y es el de la censura de noticias relacionadas con malas prácticas empresariales, con violaciones a las leyes laborales, mala calidad de los productos, publicidad engañosa, incumplimiento de la oferta, y otros irrespetos a los derechos de los consumidores.
¿Y los atropellos a los consumidores?
¿Podrá END informar sobre los enfermos de insuficiencia renal crónica que responsabilizan a los Pellas por sus graves dolencias que con cierta frecuencia devienen en muerte y tragedia familiar? ¿Podrán los periodistas reportar problemas en los pozos de muchas comunidades cercanas a los cañaverales de los Pellas, porque la tabla de agua ha venido disminuyendo en la misma proporción en que grandes cantidades de este líquido son utilizadas en el riego de las plantaciones?
Y los atropellos a los escuálidos bolsillos de la mayoría de los consumidores que cometen Claro y Movistar, ¿se publicarán en END? ¿Los colegas podrán escribir sobre los desmanes de Disnorte y Dissur o Gas Natural?
Este punto fue abordado durante las negociaciones, y los representantes del Grupo Pellas habrían respondido que no hay problema, que podrán publicar estas y otras denuncias siempre que vaya el punto de vista de las empresas aludidas, lo cual es correcto desde el punto de vista periodístico. Siempre debe estar presente la otra parte, así que esto no es una exigencia de los empresarios, sino parte de la ética profesional del periodista.
Ojalá que se respeten las premisas periodísticas, que no haya censura de las noticias críticas a los empresarios tradicionales. Y, por otro lado, hay que señalar que los periodistas tenemos una deuda con las audiencias porque con relativa facilidad fiscalizamos la gestión pública, pero no la de la empresa privada, que por ser privada, no está al margen de una responsabilidad social que debe tener seguimiento y los infractores expuestos a la luz pública y también deben responder ante los tribunales de justicia.
¿Fue afectado el grupo económico de la familia gobernante?
La atmósfera de duelo que prevalecía en END, cambió drásticamente la mañana de ayer, cuando les comunicaron a los periodistas que el Diario no iría a la quiebra, y que ya se habían finiquitado las negociaciones con varios empresarios no relacionados con el FSLN. Algunos trabajadores de simpatizantes de la familia Ortega Murillo, no pudieron ocultar su frustración.En horas de la tarde de este jueves, el Grupo Pellas marcó firmemente su nuevo territorio al emitir un comunicado en el que anuncia la compra de más del cincuenta por ciento de las acciones de END, lo cual terminó de confirmar la noticia que ya habían dado públicamente Danilo Aguirre y Francisco Chamorro.
¿Cómo reaccionará la familia Ortega-Murillo? ¿Se siente afectada en sus intereses por la jugada de última hora del Grupo Pellas? Se dice que hasta habían distribuido el espacio del edificio de END en la Carretera Norte. “El 19” Digital, por ejemplo, estaría en la segunda planta y se publicaría como un suplemento de El Nuevo Diario.
¿Esta operación de los Pellas les provocará roces con la familia Ortega-Murillo? ¿La pareja presidencial reclamará a Carlos Pellas por las críticas al gobierno que de ahora en adelante aparezcan en El Nuevo Diario? ¿Le solicitarán que les comunique a los editores y periodistas “que deben bajar el gas”? Al final de cuentas son dos poderosos grupos económicos con intereses en común, aunque también tengan diferencias irreconciliables por el autoritarismo del Frente y la amenaza que representa en la instauración de una nueva dictadura en Nicaragua.
El comunicado del Grupo Pellas fue emitido desde la oficina de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa de este súper emporio económico a cargo de Ariel Granera, un ex Embajador y entendido en medios de comunicación social, para quien la libertad de expresión en general, es indispensable para la institucionalidad del país y el desarrollo económico. En las ediciones diarias del END veremos qué tanta coherencia habrá en la práctica con estos postulados.
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