Análisis de la cobertura periodística
Dueños de END ya no son los
Pellas sino los Ortiz Mayorga
Dueños de END ya no son los
Pellas sino los Ortiz Mayorga
Guillermo Cortés Domínguez
Toda una paradoja periodística ha resultado la quiebra económica y salvataje de El Nuevo Diario (END). El manejo que hubo, las negociaciones, las filtraciones e incluso la información formal, tanto oral, como escrita, respaldadas por fuentes genuinas y pertinentes, hicieron que los reportes periodísticos en cuestión de horas se movieran en una y otra dirección, incluso en sentido inverso, causando confusión entre las audiencias y cuestionamientos a los periodistas por sus reportes pendulares que ahora podría conducir al escepticismo.
¿Acaso no hay que comprobar antes de publicar? Esta es “la magia” del periodismo, la clave secreta, el oráculo infalible que lo dice todo, el principio sagrado que garantiza que lo que se publicará no podrá ser desmentido por nadie, y si lo intentaran, fracasarán, porque ya fue comprobado que ese hecho sucedió. Puede haber diferentes lecturas acerca de lo sucedido, pero el hecho reportado se convierte en irrefutable, porque es “la verdad”.
¿Qué ha sido verdadero o falso en END, o un híbrido o mezcla de ambos? No creo que las audiencias deban sentirse estafadas por los periodistas porque primero les dijimos que sería comprado por el grupo económico Familia Ortega Murillo-FSLN-Albanisa, y después, que fue comprado por el Grupo Pellas, y ahora, que el comprador es otro, Ramiro Ortiz Mayorga, principal accionista del Banpro, y promotor cultural, especialmente de las artes plásticas. Tienen derecho los consumidores de noticias al escepticismo, pero no han sido embaucados. Si ayer les dijimos una cosa y luego otra, ¿qué van a pensar, en qué van a creer? Se abre paso a una legítima suspicacia.
En el primer momento, el de la presunta venta de las acciones al grupo económico Ortega Murillo-FSLN-Albanisa, sí hubo cierto apresuramiento periodístico, pero fue alimentado por fuentes genuinas, es decir, que existen, y además, pertinentes, que están directamente relacionadas con el asunto, como los directores de END.
Danilo Aguirre |
Campaña difamatoria contra Danilo Aguirre
Primero hubo secretismo, después se filtró que había negociaciones entre los Chamorro García y la Co Presidenta de facto, Rosario Murillo, lo cual fue confirmado tanto por los altos funcionarios de END, como por fuentes del Frente. El secretismo y las filtraciones condujeron hasta a un enfrentamiento verbal entre uno de los directores de END y los accionistas Chamorro García, y quedó confirmado que la negociación se inclinaba hacia el grupo económico que también controla al gobierno y a casi todo el Estado, tanto así, que el Director fundador, Danilo Aguirre Solís, empezó a empacar cosas personales de su oficina y más de un editor puso su carta de renuncia.
Tan avanzadas estaban las negociaciones de los Chamorro García, socios mayoritarios, con Rosario Murillo, que el Director fundador Danilo Aguirre Solís se sintió “traicionado” porque todo se hizo a sus espaldas, y entró echando sapos y culebras a la oficina de Francisco para que éste le informara de una vez por todas lo que estaba ocurriendo. En un lenguaje no explícito, éste le confirmó la tendencia, y ardió Troya en ese recinto. Hay cosas que dijo Danilo que son impublicables.
La fricción Aguirre-Chamorro se filtró hasta las oficinas de la Co Presidenta de facto de la República, y entonces los medios oficialistas iniciaron sus acostumbradas diatribas y descalificaciones personales, cargadas de elementos más propios de un excusado que de un medio de comunicación. Esta es una de las características de El 19, Multinoticias y Radio Ya. Cuando el blanco ha sido seleccionado, van con todo contra él, sin importar límites, pues no conocen moral ni principios. Todo se vale. La difamación y la injuria son sus armas preferidas.
También se abre la opción de que las negociaciones fueran conducidas principalmente con el grupo económico Ortega Murillo-FSLN-Albanisa, ante la falta de interés de los otros grupos económicos del país, o empresarios tradicionales, y que ante el casi inevitable desenlace, estos últimos hayan reaccionado tan vigorosamente que hicieron que la balanza se inclinara hacia otro lado ante lo que pudieron haber considerado como un grave peligro, es decir, que desapareciera un diario combativo, que fiscaliza al gobierno y que es ventana para los críticos, opositores y descontentos con unos avispados empresarios emergentes que a velocidad que causa vértigo han venido copando todo, incluso medios de comunicación, y que abarcan telecomunicaciones, generación eléctrica, importaciones y exportaciones, banca, turismo, comercio mayorista, publicidad, agroindustria, hoteles, otras áreas de servicios, etcétera.
Enfoques o énfasis podrían ser cuestionados
Quizás personas más astutas pudieran considerar que las negociaciones se hicieron de esta manera para “picar” a los empresarios privados, y provocar la oleada de preocupación que se desató en amplios grupos sociales, algunos de los cuales hasta propusieron realizar una colecta pública para ayudar a END a salir de su postración. Le metieron “el mono” a la ciudadanía que no simpatiza con el gobierno y a la empresa privada. ¡Chocho! ¿Fue así? Estos Chamorro García serían entonces unos endemoniados estrategas de negocios.
¿Fue una irresponsabilidad de los periodistas haber informado que la venta de END sería al grupo empresarial Ortega Murillo-FSLN-Albanisa? No creo. Había que informar ante un hecho no totalmente concluido por ser tan extraordinario, incluso hasta dramático, dadas sus implicaciones en la vida nacional, sobre todo por la sensibilidad del tema de la libertad de expresión, que se relaciona directamente con otras libertades y con los derechos humanos. Aunque no fuera algo consumado, los periodistas debíamos informar de lo que estaba aconteciendo.
Podría haber cuestionamientos en relación a los enfoques o los énfasis, pero en esencia, el hecho era tan real que un ambiente fúnebre se apoderó de las instalaciones de END, de euforia y júbilo en algunos corrillos oficiales, y luego, con las publicaciones, la población que no coincide con el régimen de los Ortega Murillo entró en un estado de consternación. Esto último abre otra vía de análisis en cuanto a cómo este hecho sirvió para valorar la necesidad de voces diversas en el periodismo nacional. Este fue un fenómeno social, masivo, que quizás incida en una toma de conciencia más profunda y real sobre el valor esencial de la libertad de prensa y de expresión y de las libertades en general.
Después viene el segundo capítulo, cuando, de última hora, el Grupo Pellas eleva la parada, y el grupo económico emergente queda rezagado pese a que desde 1997, en que cerró por bancarrota su periódico Barricada, ha sido como un sueño volver a tener otro diario. Después, el delegado de Rosario Murillo para atender a los medios y periodistas oficialistas, William Grigsby Vado, declaró con candidez al programa de entrevistas de Adolfo Pastrán, en el Canal 15, que ellos nunca habían tenido interés en comprar END. ¿Entonces para qué diablos se reunían la Primera Dama y Francisco Chamorro? No creo que para jugar la Taba o tirar las cartas del Tarot.
Grupo Pellas se echa para atrás
En la nueva coyuntura, los dos directores de END, Danilo Aguirre Solís –socio minoritario que supuestamente no tocó ningún pito en la negociación—y Francisco Chamorro, confirmaron por separado la venta de entre el 50 y el 60 por ciento de las acciones de los Chamorro García al Grupo Pellas, y luego, éste último, por medio de su Dirección de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa, emitió un comunicado que confirma la transacción y hasta entra en detalles y ofrece respeto a la línea editorial de END.
Francisco Chamorro |
¿Cómo no iban a informar los periodistas de semejante operación que en un abrir y cerrar de ojos borró lo que ya se daba por hecho y cambió dramáticamente el clima de opinión nacional y la situación emocional de los trabajadores de END? Los periodistas teníamos cuatro fuentes; los dos directores de END, periodistas destacados de este diario como Luis Galeano, y el punto de vista de los compradores mediante el comunicado formal emitido por la oficina que dirige el embajador Ariel Granera.
Los hechos estaban cumplidos, no había nada más que hacer, pero, ¡sorpresa!, no es así, y se abre el capítulo 3. Ahora resulta que otro grupo económico, el de Ramiro Ortiz Mayorga, del Banpro, hace una mejor oferta, y desplaza al Grupo Pellas. ¿Y cómo es esto? ¿Qué está pasando aquí? No puede ser. ¿Con qué cara los Chamorro García le van a decir a los Pellas que ya no, que alguien les ofrece más?
Lo más sorprendente es que el mismo Grupo Pellas emite un segundo comunicado que contradice al primero y dice que no le interesa invertir en medios de comunicación –excepto en televisión--, y rematan con la siguiente frase: “(…) el involucramiento del Grupo Pellas en este proyecto (el de la compra de END) ya no se hace necesario”. ¿Acaso antes habían dicho, quizás, tal vez o podría ser, para afirmar ahora con toda tranquilidad que ya no es necesario?”. Podría ser desconcertante. La explicación es que, aunque no les interesaba por no ser su giro de negocio pese a tener un canal de televisión, lo hicieron por razones políticas –contrariando al FSLN--, pero al aparecer un nuevo comprador, ellos con mucho gusto se apartan.
Ramiro Ortiz Mayorga |
Hoy domingo 15 de mayo END titula en primera plana: “Ortiz Mayorga recapitaliza El NUEVO DIARIO”, con el antetítulo: “Director Francisco Chamorro asegura que se garantizará la independencia del diario”. Los periodistas informaron sobre un hecho consumado, el de la venta a los Pellas, pero este hecho verdadero, fue borrado, y sustituido por otro. No hay detalles, no han salido los pormenores, los intríngulis, y quizás no saldrán jamás, aunque se diga que no hay nada entre cielo y tierra que no se sepa algún día, pero seguramente aquí hubo comunicación entre Ramiro y Carlos –disculpen que los trate así, como si fuéramos iguales, ¡qué igualado y atrevido!, ¿verdad?--, y se pusieron de acuerdo los dos gigantes, uno menos que el otro.
Estos dos trenes de muchos vagones del incipiente capitalismo de Nicaragua, no van a chocar, tienen demasiados intereses en común los Banpro y los Pellas, tampoco se distanciarán con el capitalismo emergente Ortega Murillo-FSLN-Albanisa, aunque pudo haber quedado una heridita de resentimiento que los negocios a tiempo y con buenos réditos, se encargarán de curar, para mientras ceden los sentimientos vergonzantes, de un lado, y altaneros y excluyentes de otro, porque unos ocultan la verdadera naturaleza de lo que se han convertido, pasando de revolucionarios a millonarios, y hay capitalistas que no consideran como iguales a los advenedizos que de súbito hacen millones. Ya les pasará. Ya verán.
Para el periodismo nacional ha sido toda una nueva experiencia lidiar con este sube y baja de la venta de END. No debería sorprendernos que mañana se diga que ya no, que Piero Cohen o los Montealegre, de Chinandega, ofrecieron más que Ramiro Ortiz Mayorga, y que hay nuevo cambio de dueño, pero Francisco ya se encargó de disipar esa posibilidad. Ahora sí es irreversible, afirmó. No deja uno de pensar que estos Chamorro García son hábiles negociadores, porque una empresa quebrada, generalmente se vende a sólo un pequeñísimo porcentaje de su valor, pero ellos han logrado que sea una transacción por varios millones de dólares, que no sólo incluye el verdadero valor actual de los activos, sino el de mayor valor, el intangible, el de la marca.
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