a los pueblos originarios
Guillermo Cortés Domínguez

“Gerónimo” fue un luchador por la libertad, víctima de los blancos estadounidense que reprimieron a su pueblo y a otras tribus indígenas, y a los sobrevivientes los obligaron a vivir en cautiverio. El último gran jefe indio norteamericano no puede ser comparado con un asesino que incluso puede ser considerado un genocida.
Al contrario, “Gerónimo” fue víctima del sistema: en el año 1859 las tropas del gobernador militar de Sonora asesinaron a su mujer, a sus tres hijos y a su madre. A pesar de toda su lucha, finalmente “Gerónimo” fue reducido y condenado a vivir en una reserva donde llevó una existencia ejemplar. No obstante todas las afrentas, crímenes y despojos sufridos por los indígenas, en el último tramo de su vida el Jefe indio aceptó participar en algunas actividades oficiales del gobierno estadounidense.
El acrónimo en inglés, EKIA significa “enemy killed in action), por eso, inmediatamente que Osama Bin Laden fue abatido, el jefe de la CIA, Leon Panetta, expresó, jubiloso: “Gerónimo EKIA”, llenando de oprobio al gran Jefe apache, a los indígenas estadounidenses y latinoamericanos y a todos sus descendientes.

El mundo indígena ha sido ofendido por el gobierno de los Estados Unidos y por su Presidente Barack Obama, lo cual requiere de un acto de reparación, al menos de una disculpa, pero esto no debe quedarse así. No comprendo como Obama, siendo negro, permitió que se escarneciera a otro grupo étnico que, como el suyo, ha sido vejado, oprimido y humillado de modo tan inhumano.
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