a los pueblos originarios
Guillermo Cortés Domínguez
El
gobierno de los Estados Unidos y su Presidente Barack Obama han
ofendido a la raza indígena americana al bautizar con el nombre de
“Gerónimo” (1823-1909) a su objetivo principal, Osama Bin Laden, en la
operación militar súper secreta del lunes pasado en la fortificación
donde el líder terrorista más buscado del mundo vivía desde hace cinco
o seis años, en la ciudad de Abbotabbad, 60 kilómetros al norte de
Islamabad, Paquistán.
“Gerónimo” fue un luchador por la libertad, víctima de los blancos estadounidense que reprimieron a su pueblo y a otras tribus indígenas, y a los sobrevivientes los obligaron a vivir en cautiverio. El último gran jefe indio norteamericano no puede ser comparado con un asesino que incluso puede ser considerado un genocida.
Al contrario, “Gerónimo” fue víctima del sistema: en el año 1859 las tropas del gobernador militar de Sonora asesinaron a su mujer, a sus tres hijos y a su madre. A pesar de toda su lucha, finalmente “Gerónimo” fue reducido y condenado a vivir en una reserva donde llevó una existencia ejemplar. No obstante todas las afrentas, crímenes y despojos sufridos por los indígenas, en el último tramo de su vida el Jefe indio aceptó participar en algunas actividades oficiales del gobierno estadounidense.
El acrónimo en inglés, EKIA significa “enemy killed in action), por eso, inmediatamente que Osama Bin Laden fue abatido, el jefe de la CIA, Leon Panetta, expresó, jubiloso: “Gerónimo EKIA”, llenando de oprobio al gran Jefe apache, a los indígenas estadounidenses y latinoamericanos y a todos sus descendientes.
Al objetivo principal lo hubieran designado con otro nombre, como “Diablo”, “Maldad”, “Odio”, pero no con el nombre de “Gerónimo”, lo cual es una gravísima ofensa, una más, a los pueblos originarios de América, en especial a los sobrevivientes del genocidio en Estados Unidos, y a las grandes poblaciones indias de México, Guatemala y Bolivia. ¿Por qué a Osama Bin Laden no le llamaron, por ejemplo, “Hitler”? También pudieron ponerle el nombre de los más escalofriantes asesinos en serie: “Jack El Destripador”, “Albert Fisch”, “Ed Gein”, “Zodiaco”, “Jeffrey Dahmer”, etc.
El mundo indígena ha sido ofendido por el gobierno de los Estados Unidos y por su Presidente Barack Obama, lo cual requiere de un acto de reparación, al menos de una disculpa, pero esto no debe quedarse así. No comprendo como Obama, siendo negro, permitió que se escarneciera a otro grupo étnico que, como el suyo, ha sido vejado, oprimido y humillado de modo tan inhumano.
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