sábado, 11 de diciembre de 2010

Radioperiodistas con la cruz a cuestas

Róger Suárez

A pesar de deficiencias técnicas, de una formación académica no tan rigurosa y de algunas faltas a la ética que  cometen en el ejercicio de la profesión, los y las periodistas han recibido el reconocimiento de la sociedad por el destacado papel que ha jugado en la historia de Nicaragua.

Cuando en las encuestas se ausculta a  los nicaragüenses sobre lo que piensan de las instituciones, los medios de comunicación han estado entre las instituciones mejores valoradas. El rol de fiscalizador de los medios a la gestión gubernamental es apreciado por los ciudadanos.

Cómo en muchos países del mundo, los comunicadores nicas no han escapado a las represiones políticas, económicas y a  veces destacadas figuras del periodismo sufrieron encarcelamientos y hasta pagaron con su vida por  atreverse a mantener una actitud crítica contra gobiernos represivos.

El proceso democrático que se inició en 1990 estimuló la reconciliación entre  sectores sociales que se habían enfrentado en una batalla ideológica, política y militar. Atrás quedaron los dogmas y los apasionamientos políticos. Hombres y mujeres de prensa comenzaron a desenvolverse en una relajada libertad de expresión, aunque en el plano económico la situación aun no mejoraba sustancialmente.

Premios y castigos

En Nicaragua, los gobiernos han utilizado los presupuestos publicitarios para premiar,  castigar o ablandar a los comunicadores, según la posición -más o menos crítica- que estos asuman hacia el Poder. Mucha tinta se ha vertido en el análisis de las relaciones entre periodistas y los gobiernos calificados de “neoliberales”. Existe la percepción que durante el gobierno de la Presidenta Violeta de Chamorro, se produjo el clima más armónico entre prensa y poder.

Aunque algunos comunicadores de pensamiento sandinista aseguran que no hubo ninguna mejoría económica para ellos, ni durante, ni después del gobierno de Chamorro.

William Grigsby, un agudo analista político, se preguntó en una ocasión “Pero, ¿ha habido algún gobierno en Nicaragua que no haya usado la publicidad estatal para premios y castigos? ¿Alguna vez ha sido democrática la distribución de la publicidad estatal? ¿Pautan los empresarios sus anuncios de acuerdo a un “criterio profesional, apolítico y sin condicionamientos?”  “En mí experiencia, esto nunca ha ocurrido. Jamás ningún gobierno ha tenido otra política de comunicación que la de favorecer a los medios y periodistas que aplauden sus medidas. Y lo mismo digo de los empresarios, sin importar su signo político”, se respondía él mismo.

Citando al diario digital El Financiero  que publicó datos recabado por la firma de auditorías publicitarias MediaGurú, del 2006 (el último año del gobierno de Enrique Bolaños y por ende de los gobiernos llamados neoliberales, Grigsby escribió “que 6 medios de comunicación concentraron casi el 78% de la publicidad generada desde el Estado. Del gasto en publicidad estatal, el 58.4% fue para cancelar contratos con la televisión, el 25.5% a los diarios impresos y el resto a la radio y otros medios. Según MediaGurú, el Canal 2 recibió, en ese entonces (2006) 1 millón 140 mil dólares; el diario La Prensa, 790 mil dólares; el Canal 10, 730 mil; el Canal 12, 720 mil; “El Nuevo Diario”, 650 mil; el Canal 8, 620 mil. Y entre todas las radios del país, los canales locales de televisión, semanarios, revistas y otros medios impresos, 1 millón 330 mil dólares. Se demuestra que la distribución es, por lo menos, desigual”.

Sin duda, el periodista Grigsby tiene algo de razón cuando se pregunta si “¿ha habido algún gobierno en Nicaragua que no haya usado la publicidad estatal para premios y castigos?, o si  ¿alguna vez ha sido democrática la distribución de la publicidad estatal?”.

Sin embargo, otras voces del periodismo nacional, sin contradecir totalmente la reflexión de Grigsby, consideran que los gobiernos de la década de los 90 hasta el 2006, jamás llevaron a los hombres de prensa a una situación económica tan calamitosa como la que viven ahora durante el gobierno de Daniel Ortega.

Gustavo Bermúdez, un veterano del radioperiodismo que se desempeña como jefe de noticias de Radio Corporación, sostiene que “ningún otro gobierno ha restringido la publicidad a los niveles que lo hace el actual gobierno de Ortega”.

 “Ahora dicen los sandinistas que sufrieron mucho,  cuando fueron oposición. Nada más falso que eso. Bien recuerdo que durante los gobierno de Chamorro, de Arnoldo o Bolaños, ver a periodistas de pensamiento sandinista moverse apresuradamente de una ministerio a otro en busca de pautas publicitarias que muchas veces obtenían como cualquier otro hombre o mujer de prensa”.

Sectarismo golpea a los comunicadores

Gustavo Bermúdez, asegura que la clave para entender por que el gobierno del presidente Daniel Ortega ejecuta con mayor rigor y severidad la política de la “zanahoria o del garrote” contra el periodismo independiente debe buscarse en su naturaleza sectaria y autoritaria. “Debemos reconocer que los gobiernos siempre favorecen más al periodismo que le es afín, pero también en honor a la verdad debemos decir que los gobiernos de Bolaños o de Alemán nunca alcanzaron el nivel de sectarismo de Ortega. “Ahora sólo se ve a las radios partidarias del sandinismo gozando de buenos equipos de transmisión, de una gran logística y haciendo dinero gracias a la confusión  Estado-Partido”, comenta Bermúdez.

Hace aproximadamente dos años, una colega periodista de pensamiento sandinista se quejaba amargamente por “que la “Chayo” (la Primera Dama) había adoptado la política de congelar la publicidad. “Recuerdo que durante la última navidad del gobierno de Enrique Bolaños, logré recabar entre publicidad, privada, del gobierno y de otros organismo más de 35 mil córdobas. Ahora recabar esta suma es imposible; estoy llena de deuda, creo que me iré a Estados Unidos a buscar trabajo”, se lamentaba la periodista. Finalmente esa colega no pudo viajar a la nación del norte, pero buscó acercamiento con organizaciones que sirven al gobierno y gracias a esto logra obtener algunas pautaciones publicitarias.

El origen del calvario

Un mes después que el presidente Ortega asumió la conducción del país, la Primera Dama, Rosario Murillo, hizo pública la “Política de Comunicación del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional” en la que se reconocía el derecho a la libertad de expresión y se adelantaba que “la relación del gobierno con los distintos medios de comunicación social, no habrá favoritismos ni tratos especiales. Todos los medios tienen para el gobierno la misma importancia, cada uno desde su ámbito específico de acción. Por tanto, es nuestra convicción que no existen medios de comunicación, ni de primera ni de segunda clase”.

En el documento, cuya redacción se le achaca a la propia Murillo, se dice entender que “los medios de comunicación son un necesario y legítimo negocio. No estamos en contra de su derecho lícito a obtener utilidades. Sin embargo, entendemos también que los medios tienen una importantísima responsabilidad social”.

Más adelante se indicaba que bajo esta premisa  el nuevo Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, “asumiendo que no es en absoluto un objetivo suyo el patrocinar medios ni financiar noticieros, sí en la medida que los recursos lo permitan apoyará a aquellos medios que, por su naturaleza, contribuyen de forma especial al desarrollo social, como son aquellos medios de alcance limitado, de carácter departamental, local o comunitario, creados y administrados por la misma comunidad”.

Algunos comunicadores interpretaron como positivo el anuncio que se favorecería a medios pequeños y de que se anunciara que habría equidad en el otorgamiento de la propaganda gubernamental, que antes se destinaba, en gran parte a los medios de mayor rating. Aunque había mucha ambigüedad en el documento de Política de Comunicación, el tiempo se encargaría de despejar esas ambigüedades.

En enero del 2007 el ministro de Hacienda, Alberto José Guevara Obregón, envió un memorando a los ministros, viceministros, presidentes de entes autónomos y directores generales, administrativos financieros, en el que les informa que el Consejo de Comunicación y Ciudadanía presidido por Rosario Murillo, coordinaría y autorizaría todas las actividades de publicidad y propaganda. “Los créditos presupuestarios disponibles del renglón Publicidad y Propaganda, del Proyecto de Presupuesto General de la República 2007, que tienen vigencia provisional, quedan congelados a partir de esta fecha”, decía la comunicación de Guevara.


Radioperiodistas, los primeros desempleados

Meses después del memorando del ministro Guevara, las pautas publicitarias comenzaron a desaparecer de los ministerios y como era de esperarse los primeros afectados fueron decenas de radioperiodistas que tradicionalmente sobrevivían rentando espacios en las radioemisoras, renta que pagaban gracias a las pautas publicitarias que recibían del sector público o privado. Los grandes medios de comunicación escritos o televisados, con recursos económicos y departamentos de ventas mejor organizados han logrado, aunque con dificultad, sobrevivir al bloqueo gubernamental; mientras los radioperiodistas comenzaron a desaparecer del dial.

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos de Nicaragua (CENIDH), al analizar los primeros cien días del actual gobierno señalaba en un informe que la publicidad estatal fue centralizada en el Consejo de Comunicación y Ciudadanía a cargo de Rosario Murillo, “para ahorrar y democratizar la propaganda gubernamental”. El CENIDH, decía en el mismo informe que “para varios conocedores de la situación en los medios, más que ahorro, austeridad o democracia, indican que la pautación controlada en manos de Murillo podría ser empleada como premio o castigo a los periodistas y a los medios.

La Asociación de Periodistas de Nicaragua, también se quejó en un comunicado que los radioperiodistas se habían convertido en los primeros desempleados de este gobierno. Directivos de esta Asociación decían no explicarse como el gobierno de Ortega que decía tener gran sensibilidad social estuviese enviando al desempleo al sector del periodismo nacional considerado el más limitado en cuanto a recursos económicos. La protesta vino también de sectores de la Unión de Periodistas de Nicaragua y del Colegio de Periodistas que pedían descongelar las pautas publicitarias. Para ese año, 2007, el presupuesto gubernamental para la publicidad era de 90 millones de córdobas, que ahora por disposición del nuevo gobierno se congelaban.

Las promesas incumplidas

El Colegio de Periodistas de Nicaragua logró firmar un acuerdo con Rosario Murillo en el que el gobierno accedía a ejecutar una distribución justa de la publicidad estatal para los pequeños y medianos empresarios de radio, prensa escrita, programas de televisión y medios electrónicos a nivel nacional. El acuerdo, según el ex presidente de la Asociación de Periodistas de Nicaragua, Francisco Rivas, no se cumplió, las pautas publicitarias nunca  llegaron y la crisis del radioperiodismo se profundizó.

Para Rivas no hay duda que con el retorno de Daniel Ortega al gobierno, el radioperiodismo comenzó a retroceder. “Se creyó que con los acuerdos firmado con el Colegio de Periodista sobre la publicidad se iba a enmendar el asunto, pero el gobierno se burló de los acuerdos y por lo que veo, en la forma en que se distribuye la publicidad estatal, es evidente que el gobierno tiene una larga lista negra en donde figuran más los periodistas independiente”,  dice Rivas, para añadir que “el colmo es que, en estos climas politizados el mal se pasa y ahora  hasta la empresa privada –con más sutileza que el gobierno, por supuesto-quiere incidir sobre el periodismo cuando te da anuncios”.

Cuando se conoció la decisión del gobierno de congelar la publicidad, el  gerente de Ventas de Canal 2, Oscar Miranda, pronosticó que los principales afectados por el control de la propaganda gubernamental serán “los noticieros pequeños de radio y los propietarios de pequeños espacios”. Argumentaba que para los grandes medios, el gobierno no es el principal anunciante.

El presidente de la Asociación de Medios Independientes de Nicaragua y subdirector de El Nuevo Diario, Francisco Chamorro, también se pronunció señalando que  “la propaganda gubernamental no es uno de los principales ingresos publicitarios de los principales medios y agregó que esa publicidad, sí es importante para los pequeños medios de comunicación, entre éstos algunas radioemisoras capitalinas y la mayoría de las emisoras departamentales.

Años después, los vaticinios  de Oscar Miranda del Canal 2 y Francisco Chamorro de El Nuevo Diario, se cumplieron. Para radioperiodistas y propietarios de Radio Emisoras, esta es la peor crisis económica que ellos recuerden desde 1990.


“Nos están asfixiando”


Aunque la página Web de Telcor, no está actualizada, el año pasado se contabilizaban 343 radioemisoras en todo el país.  En Amplitud Modulada operan 46 y 297 transmitían en Frecuencia Modulada. Ahora no sólo hay emisoras en las cabeceras departamentales, sino que hasta en los más alejados municipios del país los oyentes  pueden sintonizar 1, 2, 3  y hasta 4 emisoras locales. En la pasada edición del nueve de noviembre de este año (2010) el periodista Roberto Morales del diario LA PRENSA, aseguró en un reportaje que Telcor asignó frecuencias a empresas privadas constituidas recientemente y ligadas al empresario de origen mexicano-estadounidense, Ángel González, dueño del grupo Ratensa.

El poder establecer con exactitud que cantidad de  emisoras, de las que operan en todo el país tienen noticieros y cuales no, sería una labor más de un censo que de una investigación periodística. Pero bastó hacer un rápido y sondeo por algunas las cabeceras departamentales y municipios para establecer que la situación económica de los noticieros radiales ha empeorado.

La periodista Leyla Martínez, quien fue directiva del Colegio de Periodistas de Nicaragua, manifestó que llegó a contabilizar más de 30 radioperiódicos que dejaron de transmitir sus emisiones por falta de recursos económico. La Asociación de Periodistas de Nicaragua (APN) estimó que en un momento cerraron más de 50 espacios noticiosos en todo el país. María Elena Palacios, actual secretaria de la directiva de la APN, explicó que es muy difícil precisar una cifra exacta por que la APN carece de recursos para elaborar un censo que permita establecer con precisión cuantos espacios están operando y cuantos han cerrado. La APN, ha detectado que algunos radioperiodistas cierran o abren sus noticieros por temporadas y dependiendo de las pautas publicitarias que puedan obtener en el comercio, más que del sector público. Algunos periodistas que están  endeudados en algunas emisoras, emigran a otras buscando nuevos créditos o tarifas más baratas para seguir transmitiendo.

Jaime Chamorro, director del Diario LA PRENSA, en su informe presentado ante la 66 Asamblea General de la Sociedad Interamericana  de Prensa (SIP) realizada en Mérida, México, del 5 al 9 de noviembre de este año, (2010) dijo que en Managua se registra el cierre de casi veinte radioperiódicos. “Los radioperiódicos se están acabando poco a poco en Nicaragua, pero mientras un grupo de radios lucha por sobrevivir, las emisoras oficialistas gozan de inversiones millonarias y sus programas se transmite llenos de anuncios oficiales”, dice el reporte de Chamorro presentado ante la Asamblea de la SIP.

El presidente de la Unión de Periodistas de Nicaragua, Roberto Larios refuta la anterior aseveración, señalando que Chamorro de manera “tendenciosa atribuye la crisis de los radioperiódicos a este gobierno. Nada más falso, totalmente falso, porque esta es una situación que se viene arrastrando desde 1990”.

Larios atribuye la crisis al modelo neoliberal que impuso el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro que concentró los medios y la publicidad en pocas manos. También responsabiliza a las agencias de publicidad de concentrar las pautas en los grandes medios y en emisoras que no tienen noticieros y son sólo musicales. “Por eso digo, que la interpretación que hace don Jaime Chamorro de la situación de los radionoticieros es manipulada, totalmente falsa, y no busca otro cosa más que fortalecer la posición de los periódicos en la repartición del pastel publicitarios”, dijo Larios, quien niega que el gobierno tenga interés en asfixiar a los noticieros radiales.

De norte a sur, de este a oeste; la misma canción


En los departamentos, al igual que en la capital, los radioperiodistas, se resisten a dejar de transmitir; aunque no precisan  cuanto tiempo podrán resistir económicamente hablando.

En el sur oriental departamento de Rivas, los periodistas logran sobrevivir haciendo arreglos con los propietarios de emisoras. “A los periodistas se les permite el derecho de meter dos anuncios en  espacios noticiosos de la radio  y  compartir un porcentaje de otras pautas publicitarias que logramos conseguir”, afirmó la periodista Lourdes Vanegas, quien añade que no tiene esperanza en las pautas publicitarias del gobierno y que prefiere buscar anuncios en la empresa privada. “Aquí no hay mucho interés en las instituciones por valorar nuestro trabajo. Existe una rigurosa selección de a quien dar y a quien no”, aseveró.

Carlos Ronald Laguna, con casi medio siglo de bregar en el periodismo,   sostiene que “si en Rivas, no sos a fin al gobierno estás listo, te cierran la llave de la publicidad, el periodismo radial está siendo exterminado. A veces no tenemos ni para comprar baterías, ni casette, y peor aún si se te descompone la grabadora.  Estoy sorprendido por los niveles de pobreza en que está cayendo el radioperiodismo”.

Aníbal Toruño, director  de Radio Darío, en León, sostiene que el bloqueo económico del gobierno  y la empresa privada  que es temerosa también del gobierno tienen en dificultades económicas a su emisora que todavía transmite sus noticieros porque se ayudan mutuamente con algunos periodistas. Asegura que “algunas emisoras privadas han preferido adoptar una actitud  “neutral” para no exponerse a represalias del gobierno”.

La afirmación de Toruño, de que algunos dueños de medios o de espacios noticiosos prefieren bajar el tono crítico, hacia el gobierno se logró percibir en entrevistas que se realizó entre periodistas y propietarios de medios consultados para elaborar este reportaje.

El periodista leonés, Leo Cárcamo dijo que el radioperiodismo “está en una situación de ruina, de pauperismo. La publicidad estatal está centralizada, si te vas a ENACAL o la Alcaldía te encontrás que han orientado al alcalde que no nos de publicidad. No recuerdo una situación tan difícil como la de ahora”.

Cárcamo es de los que considera que los gobiernos anteriores  no prestaban tanta atención a las consideraciones políticas para otorgar publicidad como pasa ahora. “Con la empresa privada se tranzan anuncios a 1,200 u 800 córdobas, pero a veces te ofrecen menos y muchos colegas tienen que a aceptar lo que sea”, afirmó Cárcamo, quien añade que el colmo es “que en muchas instituciones de gobierno no quieren ni brindarle la información de la actividades oficiales que despliegan”.

En Chinandega, el reportero Julio Zúniga, afirma que esa cabecera departamental siempre fue un buen mercado publicitario y por eso algunos  “dirigentes de organizaciones periodísticas recomiendan mirar hacia la empresa privada para buscar los recursos económicos que nos niega el gobierno, pero la verdad es que la empresa privada también está deprimida”. Zúniga, dijo que el gobierno al negar las pautas publicitarias ha empeorado la situación “cuando hay un poquito de publicidad estatal el gobierno prefiere entenderse directamente a los dueños de los medios de comunicación”.

Cambiando de profesión

En la ciudad de Chinandega, en los últimos años, desaparecieron 4 noticieros y se mantienen unos 6. Uno  redujo su tiempo de transmisión para poder sobrevivir. Para Benjamín Chávez, un periodista muy reconocido en el occidente, “la crisis que aflige al periodismo en Chinandega se debe a la falta de cuñas publicitarias, a la desvalorización que han dado a las viñetas las nuevas  radios y a la falta de publicidad estatal que sólo llega a los  oficialistas”.

En la Ciudad de Las Flores, Masaya, Santiago Altamirano, se vio obligado a cerrar su espacio porque está seguro que no hay  interés del  gobierno en descongelar las pautas publicitarias y la empresa privada está deprimida por la situación económica. “Muchos periodistas de Masaya se han ido, o están cambiado de profesión”, porque no hay como subsistir dignamente como radioperiodista”, dijo Altamirano, quien apunta que los periodistas tienen que conformarse hasta con anuncios de 300 córdobas que logran obtener en pequeños comercios.

Daniel  Schiffmann, quien dirige los micronoticieros de Radio Amoroso, en Masaya, sostiene que para hacer frente a la crisis, decidieron transmitir sólo micronoticieros. “No hay recursos, este gobierno no quiere nada con nosotros. El colmo es que ésta emisora le concedía espacio a la Alcaldía, para que expusiera su avance a los masayas, pero desde que este gobierno (de Daniel Ortega) llegó al poder, los de la Alcaldía dejaron de venir”, expresa Schiffmann, quien sostiene que la desesperación económica entre el gremio del radioperiodismo es tal que algunos colegas aceptan transmitir diariamente hasta 7 menciones de una cuña  a un precio de 1,380 córdobas por mes.


Periodistas endeudados

En Matagalpa, la situación no es mejor que en el Pacífico, Aurora Leytón, que mantiene al aire su “Mundo de Noticias”, afirma que debe pagar mensualmente a la radio C$ 2,000 mil córdobas al mes, “pero no se si podré mantenerlo el año próximo. Si con los otros gobiernos fue duro, con éste es peor”. Leytón afirma que en ese departamento “todo se mueve bajo la óptica partidaria del Frente Sandinista. Desde las conferencias de prensa hasta la entrega de anuncios a periodistas, que se cuentan con los dedos de la mano está bajo control. Es más, nos dicen que la publicidad la controlan desde Managua”.



Al igual que Aníbal Toruño en León, Aurora Leytón de Matagalpa coincide que ante este bloqueo económico del gobierno “hay periodistas que están bajando el gas (la critica)”.

Mientras, en el vecino departamento de Jinotega, Domingo López, del Noticiero Mundial, afirma que en la Ciudad de las Brumas,   “no hay ni publicidad, ni entrevistas. Aquí todo está tomando un rumbo estrictamente partidario y los periodistas estamos en serias dificultades para subsistir.

En esta crisis económica, sólo se salvan los que reciben el aval del alcalde, Leonidas Centeno. Para afianzar su control propagandístico,  “el sandinismo anda alquilando espacios en emisoras y hasta se da el lujo de presionar en radios privados. Muchos colegas han bajado el tono critico en sus espacios, porque temen quedar en el desempleo total”

La periodista jinotegana, Silvia González,  informó  que “nosotros ya prácticamente perdimos la esperanza de la publicidad estatal, aquí aprovechamos cualquier campaña esporádica de los  ONG o de otros organismo para pagar el espacio que rentamos en la Radio, y aunque todos los noticieros se mantienen todavía operando, sus directores están endeudados”.

En Chontales, el periodista Julio Aragón, expresa que la difícil situación económica y la misma  necesidad que tienen los periodista, “ha provocado la caída las pautas publicitarias a precios irrisorios, si comparamos lo que cuesta mantener al aire un telenoticiero o un radioperiódico. “La represión económica   por parte del gobierno, nos obliga a  los periodistas de los medios locales a comer salteado. La publicidad estatal está centralizada”, dijo Aragón.

En el municipio de Nueva Guinea (RAAS existen cuatro emisoras, pero sólo dos cuentan con radio noticieros. Para el periodista de esa localidad Jerónimo Duarte, las disputas y polarización política del país, influyen negativamente sobre los comunicadores, porque se premia a unos y se castiga a otros.

En el Rama, el periodista Aron Machado, asegura que en gobiernos anteriores “había algo de publicidad; pero este gobierno no da ni la hora, incluso periodistas de pensamiento político sandinista están pasando por dificultades económicas”. Machado afirma que  en El Rama no se han cerrado espacios radiales, pero los periodistas “tienen que andar de radio en radio pidiendo rebaja en el precios de alquiler de espacios y de pulpería en pulpería esperanzados en que caiga un anuncio”.


Los hilos del Poder Ciudadano

Para el periodistas José Andrés Sosa,  de la Radio Revista Hoy por Hoy, que se transmite por Radio Cristal, “las cosas están mas que claras: “el radioperiodismo independiente está bloqueado totalmente por el Poder Ciudadano, que es quien mueve los hilos de la publicidad”. Sosa dice que  “la crisis afecta a los  periodistas y a propietarios de  pocos recursos, como la Radio Yarrince,  de don Germán Alfaro Campos, que después de reparar algunos desperfectos provocados por una tormenta eléctrica, ya no tuvo más recurso para seguir al aire”. Sosa, comenta que “los sandinista saben que los dueños de radios están fregados, y llegan a las radios a comprar espacios. Solo el partido en el gobierno puede darse el lujo de pagar 500 dólares por una hora en una radio privada, los radipoeriodistas no”, comenta.


El gobierno no tiene recursos para todos

Algunas voces menos críticas al gobierno, afirman que la crisis que vive el radioperiodismo en Nicaragua, se debe a la crisis económica mundial y recomiendan a los comunicadores ensayar nuevas prácticas para el ejercicio del periodismo y así sobrevivir. Decenas de comunicadores comenzaron a articularse en lo que se denomina el Foro de Periodistas Sandinistas Gixa Torres, directivo de la  Unión de Periodistas Nicaragüenses, declaró en una ocasión que  el periodismo nicaragüense “no escapa de la crisis económica que vive el mundo capitalista, y por eso debemos poner en práctica nuevas alternativas de ejercicio periodístico”.  Para Torres, en Nicaragua no existe el periodismo independiente, sino periodistas que trabajan por cuenta propia, pero para que haya respeto a nuestra profesión no se puede depender de la publicidad estatal”.
Torres, al igual que otros periodistas ligados al Foro de Periodistas, han reiterado que no se puede obligar al Estado a mantener a una gran cantidad de radioperiódicos en Nicaragua.

Rodolfo Tapia Molina, mejor conocido como  el “Decano del Periodismo” consideró una exageración por parte de periodistas independientes, decir que el Estado  los asfixia,  “porque el gobierno no está en la obligación de dar pautaciones publicitarias a nadie, además la cantidad de periodistas es mucha y no se puede responder a todas”.
Tapia Molina, un periodista muy experimentando en la profesión aconseja a los pequeños propietarios de espacios radiales independientes  “buscar la manera de conseguir anuncios ya sean del Gobierno o de la empresas privadas. Hay que tener la capacidad para lograr patrocinios de espacios”.

Para el presidente del Colegio de Periodistas de Nicaragua, Leonel Laguna, la difícil situación en esta profesión puede deberse al exceso de periodistas en las calles,  el control publicitario del gobierno y la afinidad política de algunos periodistas que los aparta del profesionalismo y del compromiso de actuar con ética en la sociedad.

El presidente del Colegio, dice que para este Gobierno –o para cualquier otro- es difícil poder resolver el problema de una gran cantidad de radioperiódicos: Laguna estima  que es una exageración responsabilizar al gobierno por todo lo que le sucede al periodismo radial. “No puedo afirmar eso, (el que el gobierno asfixia a los medios), ni trabajo para el gobierno, ni conozco las políticas del gobierno, no sé cuales serán sus planes por eso no te puedo responder a esa pregunta”, le dijo a una joven reportera. Laguna dice conocer de periodistas que no son sandinistas y han recibido publicidad del Estado, “es más, desde el año pasado hicieron solicitudes para introducir transmisores para sus radios, han gestionado la libre de impuestos para sus vehículos y se los han permitido”.




Sin censura, pero sin dinero

Fredy Rostrán, uno de los periodistas mas avezados del radioperiodismo nacional, resume que los peores momentos económicos que atraviesa el país se debe a tres razones: La crisis económica que enfrenta el país, la política de agresión y discriminación del actual presidente de la República, Daniel Ortega Saavedra, la extorsión de la economía que produjo la Revolución Popular Sandinista cuando prácticamente terminó con la empresa privada en la década de los ochenta, lo que provocó que el Estado desempeñara la labor de “Gran Anunciante”.

Rostrán, considera que la política de bloqueo publicitario, es la vía que ha encontrado el gobierno para asfixiar a los medios independientes, sin pagar mayor costo político. “Esta ha sido la mejor manera que Ortega optó para callar la crítica periodística, cerrar espacios a sectores que no comulgan con la política oficial, sin necesidad de recurrir a la censura, provocar cierre de medios ni encarcelar a periodistas pero sí asfixiándolos económicamente”.

Y a pesar de que la publicidad estatal se ha manejado siempre bajo la lógica de premio-castigo “lo que sorprende con esta  administración estatal, es la magnitud de la dimensión de la ofensiva a los radioperiódicos que ha tomado la pareja Ortega – Murillo”, explica. Rostrán recuerda que en los anteriores gobierno existía autonomía para manejar la publicidad estatal, pues cada institución del Estado, contaba con su departamento publicitario, que distribuía publicidad a los medios de comunicación; facultades que en la actualidad son exclusivas de Casa de la Presidencia”. “Siempre los periodistas o medios opositores o independientes tenían acceso a la publicidad estatal, y por lo que vi y viví, la restricción publicitaria de la actualidad es mucho más dura”, finaliza.

Julio Armas, periodista, publicista y ahora propietario de una emisora en F.M coincidió con Rostrán que antes los  ministerios manejaban sus presupuestos publicitarios y esto permitía a los radioperiodistas acceder a las pautas. “Pero con Ortega y la Rosario todo cambió, decidieron controlar y  castigar a los radioperiodistas que no son afines a su ideología y por eso muchos cerraron y otros están a punto de cerrar”. Armas también señala que “los propietarios de emisoras también se ven  perjudicados porque al cerrarse los espacios que rentaban los periodistas dejamos de percibir estos recursos que servían para hacer frente a los gastos de mantener operando la emisoras.

Armas no cree en la tesis de que la radiodifusión nacional esté condenada a morir por el vertiginoso crecimiento de otras tecnologías de la comunicación. “En Nicaragua eso no es cierto. La radio sigue siendo el medio por el que más se informan los nicaragüenses. En un hogar, puede que no lleguen los periódicos y ni siquiera tengan un televisor, pero un radio está por todas partes”.

La reflexión de Armas coincide plenamente con una encuesta que a finales del 2009 levantó en el municipio de Nueva Guinea, la Universidad Martín Lutero. La encuesta reveló que en el campo la radio sigue reinando y que las emisoras locales son más escuchadas que las que dicen tener cobertura nacional.

Esperanzas y desesperanzas

Al finalizar el 2010, era más que evidente el deterioro económico de los radioperiodistas. Al elaborar este reportaje, nos tropezamos que muchos comunicadores tienen hasta suspendidos sus servicios telefónicos por falta de pago. La mayoría carece de servicio de Internet en sus hogares y como cualquier ciudadano deben acudir a un Ciber para abrir sus correos.

Ante la severidad de la crisis, algunos colegas se fueron de Nicaragua en busca  de mejores horizontes económicos. Mientras, en el interior del país, los reporteros cifraban  esperanzas en  que la campaña electoral  del 2011, podría generar algunas pautas para –por lo menos- pagar por los espacios que rentan a los propietarios de medios. En la capital, los costos de producción de radioperiódicos son más altos y los comunicadores parecen menos optimistas. No creen que, en el último año del gobierno del presidente Ortega, las cosas vayan a mejorar para el radioperiodismo.

Los propietarios de estaciones de radios han reducido sus horas de transmisión porque no pueden hacer  frente a la factura de electricidad que cada vez es más elevada. Un conocido radiodifusor y periodista, a quien pedimos una entrevista para elaborar este reportaje, desconsolado se limitó a responder: “Para que vamos hablar más, si yo pudiera vender esta radio, la vendo porque aquí las esperanzas se nos están esfumando. Esto es una debacle, los radiodifusores y  los radioperiodistas estamos siendo exterminados silenciosamente”.

2 comentarios:

  1. Lo importante es que como periodistas sigamos en la lucha y no desmayemos. Creo que efectivamente en la medida en que nos unamos, podemos analizar salidas a la crisis. Creo que estamos viviendo un cambio de época en la cual, necesitamos poner en práctica nuevas estrategias de sobrevivencia. Los periodistas siempre nos quedamos, los gobiernos son pasajeros.

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  2. Buena investigación. Describe bien el panorama: crisis, quejas pero pocas propuestas por parte de los afectados. ¿Debería pensarse en que debe haber vida más allá del presupuesto estatal? ¿Qué tal si se reflexiona sobre el modelo actual de hacer radiodifusión? Es hora que surga uno diferente al actual, que ya está desfondado.

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