viernes, 10 de diciembre de 2010

Gioconda Belli: “El país de las mujeres”    

Iván R. Méndez (Periodista venezolano - imendez@opinionynoticias.com
Twitter: @ivanxcaracas-)  


La nicaragüense Gioconda Belli (1948) ha logrado una pequeña obra maestra de sátira política, donde la implacable mirada sobre lo cotidiano, a lo Jonathan Swift, se agiliza con un humor ágil y amable siguiendo, tal vez, la escuela trazada por  Benedetti y Bioy Casares.

Partido de Izquierda Erótica
Sólo en un país imaginario como Faguas, que bien podría ser Venezuela o Cuba, se puede pasar en pocas semanas “de la corrupción a la locura”. Y no es para menos, pues la sexy y carismática viuda Viviana Sansón se unió a un grupo de atractivas mujeres de izquierda para lanzar el partido PIE (Partido de Izquierda Erótica) que una vez en el poder se enfocó en lograr el “felicismo”, “empezar porque seamos felices en la casa” y obligó a los hombres, despedidos de la administración pública por decreto presidencial, a compartir las “responsabilidades familiares”.
 
To go where no man has gone before
Esa máxima de Star Trek fue la sugerida por una de las cabecillas del PIE, Martina,  para triunfar en su campaña electoral. El grupo de féminas porta nombres de heroínas como Juana de Arco, Ifigenia, Eva. Sin embargo, el “azar no es avaro en dones” como sugería Borges, y el volcán Mitre,  que corona la capital de Faguas, sumió a la población en más  miseria y ocasionó un fenómeno extrañísimo: le bajó los niveles de testosterona a todos los hombres (a unos 50 nanogramos), dejándolos quietos, sumisos, listos para ceder el mando a este clan de guapas socialistas con ideas alucinadas para ese país subdesarrollado.
 
54 mini historias
La autora se hace cómplice del lector al fragmentar la novela en 54 mini historias, que cruzan del tiempo presente, el atentado contra la presidenta, al pasado, cuando ésta alucina un universo muy “Fringe” en el cual reaparecen todos los objetos que ha ido perdiendo en su vida (esa historia fue imaginada hace medio siglo por Silvina Ocampo), “llaves, libros, un zapato, una toalla, un anillo, un brazalete, una cafetera, anteojos oscuros, anteojos de leer, muchos pares de anteojos, incontables paraguas, suéters, joyas importantes y de fantasía, cosméticos…”

José de la Aritmética
Un vendedor de raspados, flacuchento, criado por mujeres y padre de varias féminas, una policía incluida, es el testigo clave del atentado contra la esbelta y voluptuosa Primera Mandataria. Él asegura que luego de su triunfo, los hombres “éramos como electrodomésticos que alguien desenchufó” y quizá eso generó el resentimiento que culminó en  intento de magnicidio.  Su nombre, es sucedáneo del cruce de una buena intención con un toque de ignorancia, pues su mamá quería homenajear al santo que enterró a Jesús (José de Arimatea). Pero José, es quizá el personaje más querible de la novela, es la voz de toda Latinoamérica, con su chispa, su vivacidad y esa ingenuidad aliada a la practicidad que signa la vida de la mayoría de la gente de estas regiones.
 
Votante calificado
Viviana y su gabinete aprobaron un decreto que promovía a 300.000 votantes (50% hombres) a la categoría de “Votantes calificados”, “cada uno de ellos sabrá leer y escribir al momento de la votación (se les enseñará si no saben). Los votantes calificados recibirán cursos especiales  de derechos y deberes ciudadanos y de funcionamiento del estado…” Además, una vez superados los 25 años, sólo podrían votar las personas que tengan certificado de pago o excepción de impuestos. Otras medidas adoptadas por este gabinete de las “eróticas” fue la exoneración de pago de agua a las barriadas que se mantuvieran más limpias; la incorporación de ministras extranjeras itinerantes, por ejemplo, una española a cargo de la cartera de educación decretó que los niños se autoeducarían, asistiendo al colegio sólo para aprender a leer y escribir y luego hacer lo que más les gustara.
 
El aplauso de una nueva generación
“El país de las mujeres” fue laureada con el prestigioso Premio Hispanoamericano de Novela La Otra Orilla 2010, que viene acompañado por US$ 100.000. Compitió contra 615 manuscritos y fue seleccionada por un jurado conformado por  los nóveles Santiago Roncagliolo (Perú) y Mario Mendoza (Colombia), así como el editor español   Pere Sureda.
 
¡Qué sátira!
Esta obra  es una sátira sobre el feminismo y el populismo. También es una novela de complot (a veces recuerdo a Osvaldo Soriano por lo disparatado de los situaciones) con el ex presidente Emiliano Montero y su mujer moviendo los hilos, pero sobre todo es una cautivante crítica de las obviedades a las cuales nos hemos ido acostumbrando, “tras tanto gobierno autoritario, la necesidad había enseñado a la gente a sobrevivir a punta de dejarse enjaular, pero no sin antes preguntar: ¿Qué me vas a dar si me meto en la jaula?”. ¡Plop! ¿no?

Sobre  Gioconda Belli
Nacida en Managua en 1948, a los 22 se alistó en el Frente Sandinista para enfrentar a la dictadura de Anastasio Somoza. Conoció el exilio en México y Costa Rica, pero luego se incorporó a la burocracia sandinista de los ochenta. Ha sido  reconocida como poeta (“Sobre la grama”, “Truenos y arco iris”, “Amor insurrecto”, “Apogeo”, “Mi íntima multitud”) y novelista (“La mujer habitada”, “Sofía de los presagios”, “Waslala”, “El Pergamino de la Seducción”, “El Infinito en la Palma de la Mano”) cosechando premios en Cuba, Alemania, España, Estados Unidos y  Colombia. Es bloguera de El Nuevo Diario de Nicaragua y The Guardian (UK).
 
Más información:
www.giocondabelli.com/   
http://www.guardian.co.uk/profile/giocondabelli

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