jueves, 29 de septiembre de 2011


CULTURALES



ESCRITORAS COSTEÑAS


HAULOVER 
Mar y playa en tiempos de guerra


Florence Levy Wilson*


Cocal con palmeras acostadas, tratando de besar el mar. Playa de arena blanca, los “kauhrus”*, esperando los “duris”* deseosos de ir a  descansar en la inmensa laguna, escondida tras la hilera de casas multicolores cerradas.

Barco de pesca, con pescadores de verde olivo, botas, mochila y rifle al hombro. Inquietos, silenciosos, asustados. Grandes olas mecen la nave que callada se encuentra.  El señor de piel oscura y delgado, trabaja mudo en sus entrañas, es Mister Levy, el mejor mecánico de Bilwi, quien hará navegar el barco contra viento y marea.

Irrumpe el sonido de balas, fuego cruzado. Soldados atrincherados, francotiradores camuflados en la cima de los cocos, intenso el momento, gritos de muerte, sangre. Ruge el motor,  capitán al timón, raudo nos alejamos.

Regresar a casa, poder besar a los hijos, abrazar a la mujer. Misericordia ha tenido Dios de nuevo, no más “kabu”-mar en tiempos de guerra, mar y playa solo en tiempos de paz.

*troncos de bambú
*cayucos


*Florence Ivette Levy Wilson
Médica, kriol, con Maestría en Salud Pública para países en vías de desarrollo, nace el 01 Noviembre 1964 en Puerto Cabezas, RAAN. Habla español, inglés y miskito. Participa en el Taller Hermanas de Tinta Unidas en noviembre del 2010 promovido por ANIDE.  En el 2011 publica su primer poema en la revista ANIDE No. 24.






CASILDA


Mercedes Tinoco Espinoza*


Vestía una falda azul como el mar, ondeante sobre sus fuertes piernas, como olas frescas con sonido delicado. Su apretada blusa verde resaltaba sus hermosos pechos, asemejando la riqueza de un par de cocos dulces.

Caminaba por el muelle de Bilwi, con su maleta pequeña de ropa; le ayudaba a su amiga con la carga que lleva a vender en los cayos miskitos. Su mirada nerviosa se dirige a los cuatro vientos cardinales, tratando de identificar a algún conocido, se tropieza con el vende coco, saluda al buzo que está ayudando a cargar el ponky; el carretonero que está acomodando las tortugas le sonríe y ella se pone nerviosa. La joven trata de actuar con naturalidad pretendiendo pasar por una pikinera. Nadie puede saber que va al encuentro de su amado. La pobre Casilda, enamorada, no podía saber en ese momento que no se encontraría con su amado. El huracán Félix se llevó el duri tara donde ella iba, se llevó su amor y a sus amigas las pikineras. Nadie sabe dónde está, su familia aún la espera. Algunos dicen que Casilda aprovecha la llegada de los vientos, para buscar su amor. En los vientos del Caribe se siente el amor de Casilda.


*Mercedes del Carmen Tinoco Espinoza
Bibliotecóloga, mestiza, con una Maestría en Gestión y organización de bibliotecas y Doctorado latinoamericano en educación. Nace el 25 de febrero de 1965, originaria del municipio de Bonanza, del triangulo minero/RAAN. Se  desempeña como Directora en la Biblioteca de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragüa-URACCAN – Kamla/Bilwi.  Escribe poesía en español y ha participado en diversos recitales en su región. En nov. Del 2010 participa en el Taller Hermanas de Tinta, Unidas promovido por ANIDE.  En el 2011 publica su primer cuento breve y poema en la revista ANIDE No. 24.






MATILAINA

Ana Rosa Fagot Muller*


La casa de la familia Maxuel está al frente de mi casa,  construida sobre pilones bajos, paredes de bambú amarillo pálido y techo de palma, gradas no muy altas. Un cocotero es el único árbol cerca de la choza.

Es de tarde, y aún toda la familia trabaja.  Romel el esposo de Matilaina, ya regresó del monte cargando su rifle, un racimo de plátano verde, canalete y su salbeque, un poco frustrado porque no cazó nada y no habrá lukluk.  Yunsilita, la hija menor, vestida de rosado y cargando un balde de agua, sube las gradas un poco apurada para preparar la cena;  seguramente será wabul de plátano y gallopinto.  La abuela sentada en la cama cerca de la ventana está terminando de zurcir. Matilaina la esposa de Romel aún está macerando el tunu tendido sobre el tundus, escucho los golpes del mazo de kahka.

Los cerdos y las gallinas aún comen del chingaste de arroz que cayó cerca del nuh(pilón) tirado al suelo.

Toda la familia, pronto descansará del arduo trabajo.


*Ana Rosa Fagoth Müller
Nació el 11 de febrero de 1944, en San Esquipulas, Río Coco/RAAN. Es miskita, profesora de primaria y recopiladora de cuentos, poesía, cantos, juegos y otros elementos culturales e históricos orales del pueblo miskito, es además co-editora de la revista TININISKA. Tiene en su haber una publicación de sus recopilaciones titulada “EXPRESIONES BELLAS” (AISANKA PRANA NANI), y también parte de su trabajo esta incluido en el libro “MISKITU TASBAIA” (LA TIERRA MISKITA), prologado por Luis Rocha del Centro Nicaragüense de Escritores. Reside en Bilwi, Municipio de Puerto Cabezas. En nov. Del 2010 participa en el Taller Hermanas de Tinta, Unidas promovida por ANIDE.  En el 2011 es publicado uno de sus poemas en la revista ANIDE No. 24.







HUNDIMIENTO




Martha Hurtado Estrada*

Era una mañana de diciembre en Puerto Cabezas, había sol, el mar estaba tranquilo, las olas que llegaban a la playa acariciaban la arena y se fundían en un abrazo.

En el muelle, la algarabía de la gente, los hombres gritaban a viva voz ¡Viene  el barco que trae carga de los Moncada! ¡Hay chamba!, ¡Chamba!, ¡Para comprar la gallina de navidad y la sopa del 31! ¿Qué barco?, preguntaban otros, ¡El Tiger!, ¡El Tiger! Más no sabían que este barco nunca descargaría la mercadería a bordo.

Llegó, tiró ancla frente al muelle antes de atracar y a los ojos de todos, dió la vuelta de campana tragándose el mar, al barco, el capitán, la tripulación y la carga. ¿Qué paso? No se sabe, la tragedia llegó y ensombreció la navidad de ese año.

El capitán murió ahogado, fue la víctima que cobró el mar; como dice la leyenda;  "El mar reclamó una vida para continuar existiendo”.

Llegaron buzos de la Naval para recuperar el cuerpo y no se pudo.  A los tres días apareció en la playa el cuerpo del capitán en estado de descomposición. Fueron momentos de dolor, tristeza y llanto; pero en medio de estos sentimientos encontrados, algunos decían:”por lo menor tendrá cristiana sepultura”, no como Paquito   que murió  en el huracán Félix y su cuerpo no se encontró.

La vida siguió, otras cosas pasarán, buenas o malas, tristes o llenas de colorido, el camino que se recorre es así.


Marta Nydia Hurtado Estrada
Administradora de Empresas, mestiza, originaria de Bilwi, RAAN. Mantuvo una prolifera producción poética durante los años’80. Uno de sus poemas fue publicado en la recopilación de poesía de combatientes del Ministerio del Interior (hoy Ministerio de Gobernación) titulado “Sembrando días y noches por la paz”,  en Julio de 1985. En nov. Del 2010 participa en el Taller Hermanas de Tinta, Unidas promovida por ANIDE.  En el 2011 se publica uno de sus  poemas en la revista ANIDE No. 24.





LOS CALDEROS DE MI BISABUELA



*

Recuerdo el sonido del mar que se complementaba en una  armonía sin igual con el ruido de los calderos de mi bisabuela.

Cada mañana después del desayuno preparar, tomaba en sus suaves manos aquellas porras negras como la noche, reflejando marcas de leña.

Se iba al mar con pasos lentos... hojas, arena y con agua de mar sentada las lavaba, y un resplandor como espejo de sol tenía sus  trastos.

Cerca el mar era de mi casa, libre el camino y muy fácil de llegar, al pasar los años la urbanización impidió el paso al mar.

Si aún ella viviera triste se pondría, pues nada es lo mismo, el barrio ya no da realce a su nombre, ¨LIBERTAD¨, !Ya las porras no se lavan igual!


Jacqueline Johana Chollette, miskita, originaria de Bilwi, Puerto Cabezas/RAAN, nace el  29 de agosto de 1990. Realizó sus estudios de secundaria en la Escuela de Liderazgo (Preparatoria) de la URACCAN. Actualmente cursa la carrera de Medicina intercultural en la URACCAN. En nov. Del 2010 participa en el Taller Hermanas de Tinta, Unidas promovida por ANIDE.





1 comentario:

  1. Me da mucho gusto encontrar un espacio donde se publican los trabajos de las personas que escriben en la Costa Caribe, siempre he creído que la gente en la Costa Atlántica tiene producciones culturales únicas e invaluables que merecen ser conocidas por todos y todas las Nicaragüenses, y el resto del mundo.

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