Presentación del libro “Editoriales”, del Dr. Ildefonso Palma
Martínez
El
camino de la virtud con la luz de la razón
Guillermo Cortés Domínguez
Hay quienes consideran que todo pasado fue mejor,
lo cual, obviamente, no siempre es cierto, pues también encontramos iniquidad,
corrupción e injusticia, como actualmente, pero en nuestro país hay mujeres y
hombres excepcionales que nos precedieron, cuya práctica de integridad y
honestidad sobrevive inmaculada al paso del tiempo, y se constituye en ejemplo
a seguir. Este es el caso del Dr. Ildefonso Palma Martínez, una persona proba
con visión de futuro, como se desprende con luminosa claridad de la lectura de
los 198 editoriales que publicó entre 1932 y 1933 en el diario leonés “El Eco
Nacional”, que fueron recopilados en este libro precisamente llamado
“Editoriales”, que hoy tengo el inmerecido honor de comentar, y cuya
realización se debe a una cadena de lealtades y de reconocimiento de la
importancia de su contenido, iniciada por su abnegada esposa Inés, que recortó
y pegó los textos siendo aún novia del editorialista, continuada por su hijo
Mario, quien organizó temáticamente los escritos, y concretada su publicación
con una conmovedora devoción de hijo a padre, por el consagrado pintor Hugo
Palma Ibarra, aquí con nosotros, y a quien agradezco su invitación.
Estamos obligados a conocer la historia, pues
como decía Federico Engels, debemos escudriñar el pasado para conocer el
presente y ubicarnos en el futuro, pero en esta época el futuro se está
volviendo presente a cada instante, a cada minuto nuevos inventos convierten en
obsoleto al que acaba de salir, tal es el ritmo alucinante de la revolución
científico-técnica. El vértigo de los hechos y las palabras nos marean, a veces nos confunden o nos mantienen
ocupados o distraídos y nos impiden dar una ojeada al pasado, y es así como nos
perdemos de lecciones cruciales para la vida de hoy, como las que ofrece el Dr.
Ildefonso Palma Martínez, cuyos editoriales son una verdadera lección de
patriotismo, de dignidad, de ética, de valores esenciales que deberían gobernar
nuestra existencia.
El consagrado pintor Hugo Palma. |
Una rápida ojeada al diario “El Eco Nacional”,
nos dice que fue fundado por Agustín Duarte, en apoyo al gobierno de Roberto Sacasa
y Sarria, médico y político, quien al morir el Presidente Evaristo Sacasa
Aranda, el primero de agosto de 1889, fue designado para concluir el período de
cuatro años de éste. No pretendo aludir a alguna situación actual, pero debemos
recordar que Sacasa se reeligió, pese a que la Constitución lo prohibía, y el
28 de abril de 1893, estalló una insurrección en Granada y dos meses después,
fue depuesto, terminando con él los 30 años de gobiernos conservadores.
Las tertulias periodísticas
En
abril de 1918 dio sus primeros pasos como periodista en “El Eco Nacional”, un
intelectual leonés que luego brilló intensamente en El Salvador, donde fue
considerado mentor de una camada de jóvenes poetas, entre ellos, Roque Dalton.
Se trata de Juan
Felipe Toruño, quien en 1919 se convirtió en Director de este diario. Por otro lado, Jorge Eduardo Arellano
nos da cuenta de que Alfonso Cortés trabajó como redactor de “El Eco Nacional”,
donde participaba en las tertulias de los hombres de prensa. Sobre las
tertulias periodísticas a las que alude Arellano, en su conocido discurso ante
la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), “El mejor oficio del mundo”,
Gabriel García Márquez comenta:
No existían las juntas de redacción institucionales, pero a las cinco
de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el personal de planta hacía una
pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar el café en
cualquier lugar de la redacción. Era una tertulia abierta donde se discutían en
caliente los temas de cada sección y se le daban los toques finales a la
edición de mañana. Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y
apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto
hablar de lo mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad
no lo eran.
En El Nuevo Amanecer
Cultural, de El Nuevo Diario, Julio
Valle Castillo publicó que en noviembre de 1920, Alfonso Cortés salió hacia
México al Congreso de Periodistas Hispanoamericanos, en representación de “El Eco Nacional”. Antes, sus compañeros
de labores le pusieron el apodo de “Mallarmé”, aludiendo a la especial
admiración que Alfonso por el gran poeta francés.
Trabajaron en este diario
varios miembros de una de las familias de escritores más prolíficas de
Nicaragua, entre los que están Agenor, Santiago, Rodolfo, Leonardo, Solón,
Rosendo, Lino, Alfonso y Jorge Eduardo, todos los nueve de apellido Argüello. No
obstante, el más ilustre de los intelectuales que pasaron por “El Eco
Nacional”, fue nada menos que Rubén Darío..
Era cosa seria llegar a trabajar a “El Eco
Nacional”, y por eso, siguiendo esa línea de intelectuales distinguidos, pasa a
dirigir este diario, el Dr. Ildefonso Palma Martínez, en un momento en que han
finalizado veinte años de intervención militar norteamericana, y su voz se alza
a favor de la negociación con el Gral. Augusto C. Sandino, aún desafiando al
entonces Presidente, Gral. José María Moncada. Haciendo un paréntesis: es
inexplicable cómo en los discursos oficiales de algunas voces que presumen de
ser los herederos ideológicos legítimos de Sandino, erróneamente le siguen
llamando “Augusto César”.
La paz con Sandino
Concretar la paz, era una de las banderas
principales del Dr. Palma, y para ello, sostenía con firmeza y también
valentía, era necesario tomar en cuenta al Gral. Augusto C. Sandino. A
continuación algunas de sus ideas expresadas en varios editoriales.
“Y va a llegar (la
paz) por el sendero de la fraternidad, contra los deseos de los que juzgan que
es indecoroso hacer la paz con Sandino”. (Palma,
2011: 13).
(…) Los artículos
del Dr. Barahona, por ejemplo, tienen ese aliento. Él desea, como todo buen
nicaragüense debe desearlo, que la situación anómala del país cese mediante un
justo y honorable entendimiento con el General Sandino”. (Palma,
2011: 54).
“Nosotros pensamos,
pues, que quien fue impotente por una u otra causa, para restituir al país la
Paz anhelada, siquiera aceptaría la buena voluntad del pueblo nicaragüense para
conseguirla; pero los hechos son diferentes; y mientras los ciudadanos están
allegando fondos para abocarse con el General Sandino para conseguir que vuelva
la tranquilidad a cimentarse, el gobierno se encasilla en las cuatro paredes de
su palacio, no presta cooperación a la iniciativa de los particulares, duda de
la buena fe de los que quieren Paz y amenaza de “proceder en consecuencia”, con
lo cual sólo va a conseguir que se prolongue el dolor del pueblo y entregar a
su sucesos una tierra humeante todavía…”. (Palma, 2011: 55).
El Dr. Palma no tenía los problemas de los dueños
de medios de hoy, que temen mencionarse, y hasta solidarizarse. Por ejemplo, La Prensa guardó silencio ante el
atropello policial que sufrió Roberto Collado, uno de los editores de El Nuevo Diario. El Director de “El Eco
Nacional”, se refiere, por ejemplo,
a un compromiso firmado por los directores de los diarios “La Prensa” y
“La Nueva Prensa”, Pedro Joaquín Chamorro Zelaya y Gabry Rivas, en el que
ambos llaman a que cesen los
debates candentes por motivos partidaristas que separan a los nicaragüenses; y
también expone su propia posición:
“A mí no me ciega, por mi
adhesión, el emblema de mi partido, ni me ensordece por no militar en sus filas
el emblema del partido al que estos dos colegas pertenecen. Al contrario, creo
que la nacionalidad no podrá recuperar todos sus quilates mientras los
directores de ambos partidos estén empeñados en una lucha estéril, de
destrucción, de exterminio”. (Palma, 2011: 27).
“Una Joya del Pasado”
Son curiosas las vueltas y revueltas de la
historia, porque después de que el papá de Hugo Palma Ibarra destacara el
compromiso asumido por Pedro Joaquín Chamorro Zelaya, desde ese mismo diario La Prensa, pero 30 años más tarde, el
hijo de éste, el irreductible luchador anti somocista Pedro Joaquín Chamorro
Cardenal, rescata y valora enormemente el pensamiento del Dr. Ildefonso Palma
Martínez, en lo cual vale la pena detenerse. Se trata de una polémica que éste
tuvo con un ex Director de “El Eco Nacional”, Federico Schneegans padre, quien
atacó al primero con un artículo titulado “El sandinismo que más causa daño”, a
causa la posición del Dr. Palma a favor de la paz con Sandino, y a una crítica
que hizo a una declaración presidencial que consideró como “un arma peligrosa
contra la libertad de imprenta y el deseo del pueblo por la paz, …”, y
argumenta:
“Si la paz (en Las Segovias) no ha sido impuesta a balazos por quienes
pudieron hacerlo, lo natural es pensar en llegar a ella mediante la persuasión
y el espíritu de fraternidad”. (Palma, 2011: 45).
También le dice:
“Y a su criterio (Federico Schneegans, padre) sobre el General
Sandino, lo remito al mismo pueblo de los Estados Unidos, a esos millares de
obreros norteamericanos que proclaman el derecho que tienen los pueblos débiles
para regirse soberanamente”. (Palma, 2011: 47).
El Dr. Palma le recuerda a Schneegans su
indignidad de haber pretendido legitimar y legalizar en la Constitución
Política de la República la intervención de EEUU en Nicaragua como lo escribió
cuando fue Director de ”El Eco Nacional”, lo cual, advierte, hace “perfectamente
necesario, por los que quieren entregar la Soberanía, la bandera de un General
Sandino”. Y es que Schneegans había alabado la Enmienda Platts, mediante la
cual los Estados Unidos sojuzgaban a Cuba, y quería ese mismo estatus para
Nicaragua. Tres décadas después, desde Novedades,
el diario de la dictadura somocista, Schneegans calificaba a la oposición de
“intervencionista” y “vende patria”. Bajo el título de “Una Joya del Pasado”,
el 15 de febrero de 1963 el futuro “Mártir de las Libertades Públicas”, Pedro
Joaquín Chamorro Cardenal, desenmascaró al verdadero vende patria que era el
editorialista del diario oficialista, mediante la contundente respuesta del Dr.
Palma de diciembre de 1932.
Tras ganar las elecciones Juan Bautista Sacasa,
el Dr. Palma considera que hay un nuevo ambiente, muy diferente del que
prevalecía durante el gobierno de Moncada y estima que “es ya una realidad el deseo de que la intolerancia política se vaya
borrando, abriendo los campos de la fraternidad donde puedan convivir todos los
nicaragüenses”. (Palma, 2011: 73). Su valoración de las
nuevas condiciones lo llevan a escribir el editorial titulado “Llegará la paz”,
en el que dice: “Y llegará por el sendero de la
fraternidad, contra los deseos de los que juzgan que es indecoroso hacer la Paz
con Sandino”. (Palma, 2011: 76).
Una lección de patriotismo ofrece el Dr. Palma en
su editorial que tituló “14 y 15 de Septiembre”, en el que destaca que se
celebrarán las fiestas patrias sin la presencia de los interventores. “Ni siquiera estarán en el país los soldados de la marina que antes
ocupaban en la custodia de la Legación de los Estados Unidos…”.
(Palma, 2011: 87). Y reivindica que “Somos libres”.
“Y somos libres como entidad
nacional y como entidad política; porque el hombre nicaragüense nunca se ha
sentido esclavo; ha rechazado la intervención en todas las formas, siendo una
excepción los pocos traidores que han mancillado la honra nacional y que puedan
vanagloriarse de ser y de haber sido intervencionistas: (…)”.
(Palma, 2011: 87).
Dr. Ildefonso Palma Martínez |
Advirtió el papel que jugaría la
Guardia Nacional
Por otro lado, el Dr. Palma comprendió con claridad muy tempranamente,
la naturaleza criminal de la Guardia Nacional, y desde “El Eco Nacional”
denunció sus ultrajes y tropelías contra el campesinado. “Ayer publicamos algo referente a hechos delictuosos cometidos por
miembros de la Guardia Nacional a indefensas mujeres del valle de Apanás,
Jinotega”. (Palma, 2011: 93).
Denuncia asesinatos, torturas diversas entre ellas el uso del chuzo
eléctrico y la aplicación de la llamada “Ley Fuga”. Señala que mujeres,
ancianos y niños han sido víctimas en la montaña, califica como “organización
defectuosa” a la Guardia Nacional, y agrega que “es una institución
inconveniente para nuestro país”.
El Dr. Palma le advierte del peligro al propio Mandatario:
Pero esa Guardia, señor Presidente de la República, necesita de una
revisión atenta. Ha visto usted, que ya hubo un caso de anormalidad que
presagia días tremendos para la Patria. Hay que moralizar la institución apartando
a los elementos de disolución, dejando a los que saben conservar en sus manos
limpia la enseña que en ellos se ha depositado. Porque hay en la Institución
elementos de orden y de honor. Pero hay otros que están tejiendo la madeja de
una intriga militar que es preciso romper. (Palma, 2011: 108). Días
antes, había exhortado al Presidente Sacasa a depurar a la Guardia Nacional, y
le dice una frase que resultaría profética: “Le conviene hacerlo
hasta por seguridad de su gobierno”. (Palma, 2011: 92). Ya sabemos lo que
ocurrió después: Somoza le pasó la cuenta a Sacasa.
Y
siguieron los editoriales poniendo al descubierto la peligrosa naturaleza del
cuerpo armado ya controlado por Somoza:
“Más miedo hay que tenerle a la Guardia Nacional en la Paz que en la
guerra. Armada como está de facultades arbitrarias, sin obedecer a la índole propia nuestra, puede
llegar a constituirse en árbitro
de los destinos del país, y entonces habremos retrogradado a los
funestos días de las revueltas, y habrá aparecido en el escenario de nuestra
vida política un nuevo mal: el de las insubordinaciones cuartelarias”. (Palma, 2011:
108).
Múltiples temas abordados con lucidez
En
sus casi doscientos editoriales, el Dr. Ildefonso Palma aborda múltiples temas,
como que en el gobierno estén personas esclarecidas sin importar a cual partido
pertenezcan; se preocupa por los obreros, por los campesinos afectados por la
guerra, propugna una alianza entre
obreros y estudiantes; apoya que los periodistas cuenten con una organización y
un código de ética (actualmente el gremio está fragmentado y polarizado y no
tiene un Código de Ética aunque hay dos propuestas); se pronuncia por campañas
políticas en base a principios y no con calumnias ni injurias, y rechaza la
corrupción de los caudillos “y los gobiernos de familias que se han
entronizado”. Todo de una gran actualidad.
Finalmente mencionaremos que el Dr. Palma intentó
sin éxito en los años treinta, que se consagrara en la Constitución Política el
derecho de la mujer al voto. Él estaba demasiado adelantado para su tiempo. No
fue sino hasta veinticinco años después, en 1955, que se levantaron las
restricciones para que la mujer participara en las justas electorales. Él puso
su parte en esa lucha de la mujer nicaragüense. Y que, igualmente, en 1931 planteaba
aspectos fundamentales de una autonomía universitaria, lo cual se logró hasta
en 1958.
Sus ideas de avanzada, sus propuestas humanistas y
progresistas, el raciocinio que despliega en sus editoriales publicados entre
1932 y 1933 en el diario leonés “El Eco Nacional”, me llevan a asociar el Dr.
Ildefonso Palma Martínez, con el Canto Cuarto, de La Divina Comedia –a cuyo autor por cierto él cita en más de
uno de sus escritos--, en el que Dante relata su llegada, conducido por
Virgilio, a un lugar donde se encuentran quienes con la sola luz de la razón,
han elegido el camino de la virtud. En este círculo, el gran poeta y narrador
italiano ve a un hombre con una espada en la mano, encabezando a un trío: es
nada menos que Homero, y quienes le siguen son Horacio, Ovidio y Lucano. Los
seis se reunieron y caminaron.
El autor de “La Divina Comedia” refiere que “Ahí había personajes de mirada
tranquila y grave, cuyo semblante revelaba una gran autoridad: hablaban poco y
con voz suave”. Luego fueron “a un sitio despejado, alto y luminoso”,
desde donde le fueron señalados “los grandes espíritus, cuya contemplación me hizo estremecer de
alegría”. A quienes vio Dante, entre otros, eran Sócrates,
Platón, Diógenes, Anaxágoras y Tales, Heráclito, Séneca, Ptolomeo, Euclides e
Hipócrates.
Como
hemos visto, casi 80 años después de haber sido escritos en “El Eco Nacional”,
muchos de los editoriales del Dr. Ildefonso Palma Ibarra, están vigentes, lo
cual evidencia sus atinados criterios humanistas y su visión futurista, pero
también pone de manifiesto, lamentablemente, que los nicaragüenses avanzamos en
círculos, nos tropezamos a cada rato con la misma piedra, no aprendemos las
lecciones del pasado, seguimos lidiando con funcionarios públicos que no
sirven, sino que se sirven con la cuchara grande del erario público por lo que prevalece
la corrupción generalizada, y los caudillos y dictadores están a la orden del
día. Con sus ideas, el autor de “Editoriales”, nos reclama desde donde está
junto a Diógenes, que seamos capaces, ¡y muy pronto!, de provocar ese anhelado
punto de inflexión que comience a cambiar drásticamente la Historia de nuestra
desventurada Nicaragua.
Bibliografía:
1)
Palma Martínez I. (2011). Editoriales, “El Eco Nacional”. Primera
edición. Managua. Imprenta Comercial La Prensa.
2) Alighieri, Dante (1981). La Divina Comedia. Segunda edición. Madrid. Espasa-Calpe, S.A.
3) García Márquez, G. (2010). El mejor oficio del mundo. Discurso ante la 52ª Asamblea de la
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Los Ángeles,
Cal., EE.UU., 7 octubre 1996.
4)
Jorge
Eduardo Arellano: Alfonso Cortés.
Materiales de Lectura, UNAN, México. Recuperado el1de mayo del 2011, de: http://www.materialdelectura.unam.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=126&Itemid=1&limit=1&limitstart=1
5) Julio Valle Castillo (feb 14, 2009), Nota Bibliográfica, Alfonso Cortés, El Nuevo Diario, Suplemento Literario Nuevo
Amanecer Cultural (NAC). Recuperado el día 1 de mayo del 2011, de http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2009/02/14/suplemento/nuevoamanecer/
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