lunes, 16 de mayo de 2011

Presentación del libro “Editoriales”, del Dr. Ildefonso Palma Martínez
El camino de la virtud con la luz de la razón

Guillermo Cortés  Domínguez


Hay quienes consideran que todo pasado fue mejor, lo cual, obviamente, no siempre es cierto, pues también encontramos iniquidad, corrupción e injusticia, como actualmente, pero en nuestro país hay mujeres y hombres excepcionales que nos precedieron, cuya práctica de integridad y honestidad sobrevive inmaculada al paso del tiempo, y se constituye en ejemplo a seguir. Este es el caso del Dr. Ildefonso Palma Martínez, una persona proba con visión de futuro, como se desprende con luminosa claridad de la lectura de los 198 editoriales que publicó entre 1932 y 1933 en el diario leonés “El Eco Nacional”, que fueron recopilados en este libro precisamente llamado “Editoriales”, que hoy tengo el inmerecido honor de comentar, y cuya realización se debe a una cadena de lealtades y de reconocimiento de la importancia de su contenido, iniciada por su abnegada esposa Inés, que recortó y pegó los textos siendo aún novia del editorialista, continuada por su hijo Mario, quien organizó temáticamente los escritos, y concretada su publicación con una conmovedora devoción de hijo a padre, por el consagrado pintor Hugo Palma Ibarra, aquí con nosotros, y a quien agradezco su invitación. 

Estamos obligados a conocer la historia, pues como decía Federico Engels, debemos escudriñar el pasado para conocer el presente y ubicarnos en el futuro, pero en esta época el futuro se está volviendo presente a cada instante, a cada minuto nuevos inventos convierten en obsoleto al que acaba de salir, tal es el ritmo alucinante de la revolución científico-técnica. El vértigo de los hechos y las palabras nos marean,  a veces nos confunden o nos mantienen ocupados o distraídos y nos impiden dar una ojeada al pasado, y es así como nos perdemos de lecciones cruciales para la vida de hoy, como las que ofrece el Dr. Ildefonso Palma Martínez, cuyos editoriales son una verdadera lección de patriotismo, de dignidad, de ética, de valores esenciales que deberían gobernar nuestra existencia.

El consagrado pintor Hugo Palma.
Una rápida ojeada al diario “El Eco Nacional”, nos dice que fue fundado por Agustín Duarte, en apoyo al gobierno de Roberto Sacasa y Sarria, médico y político, quien al morir el Presidente Evaristo Sacasa Aranda, el primero de agosto de 1889, fue designado para concluir el período de cuatro años de éste. No pretendo aludir a alguna situación actual, pero debemos recordar que Sacasa se reeligió, pese a que la Constitución lo prohibía, y el 28 de abril de 1893, estalló una insurrección en Granada y dos meses después, fue depuesto, terminando con él los 30 años de gobiernos conservadores.

Las tertulias periodísticas
En abril de 1918 dio sus primeros pasos como periodista en “El Eco Nacional”, un intelectual leonés que luego brilló intensamente en El Salvador, donde fue considerado mentor de una camada de jóvenes poetas, entre ellos, Roque Dalton. Se trata de Juan Felipe Toruño, quien en 1919 se convirtió en Director de este diario.  Por otro lado, Jorge Eduardo Arellano nos da cuenta de que Alfonso Cortés trabajó como redactor de “El Eco Nacional”, donde participaba en las tertulias de los hombres de prensa.  Sobre las tertulias periodísticas a las que alude Arellano, en su conocido discurso ante la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), “El mejor oficio del mundo”, Gabriel García Márquez comenta:

No existían las juntas de redacción institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el personal de planta hacía una pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar el café en cualquier lugar de la redacción. Era una tertulia abierta donde se discutían en caliente los temas de cada sección y se le daban los toques finales a la edición de mañana. Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto hablar de lo mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad no lo eran.

En El Nuevo Amanecer Cultural, de El Nuevo Diario, Julio Valle Castillo publicó que en noviembre de 1920, Alfonso Cortés salió hacia México al Congreso de Periodistas Hispanoamericanos,  en representación de “El Eco Nacional”. Antes, sus compañeros de labores le pusieron el apodo de “Mallarmé”, aludiendo a la especial admiración que Alfonso por el gran poeta francés.

Trabajaron en este diario varios miembros de una de las familias de escritores más prolíficas de Nicaragua, entre los que están Agenor, Santiago, Rodolfo, Leonardo, Solón, Rosendo, Lino, Alfonso y Jorge Eduardo, todos los nueve de apellido Argüello. No obstante, el más ilustre de los intelectuales que pasaron por “El Eco Nacional”, fue nada menos que Rubén Darío..

Era cosa seria llegar a trabajar a “El Eco Nacional”, y por eso, siguiendo esa línea de intelectuales distinguidos, pasa a dirigir este diario, el Dr. Ildefonso Palma Martínez, en un momento en que han finalizado veinte años de intervención militar norteamericana, y su voz se alza a favor de la negociación con el Gral. Augusto C. Sandino, aún desafiando al entonces Presidente, Gral. José María Moncada. Haciendo un paréntesis: es inexplicable cómo en los discursos oficiales de algunas voces que presumen de ser los herederos ideológicos legítimos de Sandino, erróneamente le siguen llamando “Augusto César”.

La paz con Sandino
Concretar la paz, era una de las banderas principales del Dr. Palma, y para ello, sostenía con firmeza y también valentía, era necesario tomar en cuenta al Gral. Augusto C. Sandino. A continuación algunas de sus ideas expresadas en varios editoriales.

“Y va a llegar (la paz) por el sendero de la fraternidad, contra los deseos de los que juzgan que es indecoroso hacer la paz con Sandino”. (Palma, 2011: 13).
(…) Los artículos del Dr. Barahona, por ejemplo, tienen ese aliento. Él desea, como todo buen nicaragüense debe desearlo, que la situación anómala del país cese mediante un justo y honorable entendimiento con el General Sandino”. (Palma, 2011: 54).
“Nosotros pensamos, pues, que quien fue impotente por una u otra causa, para restituir al país la Paz anhelada, siquiera aceptaría la buena voluntad del pueblo nicaragüense para conseguirla; pero los hechos son diferentes; y mientras los ciudadanos están allegando fondos para abocarse con el General Sandino para conseguir que vuelva la tranquilidad a cimentarse, el gobierno se encasilla en las cuatro paredes de su palacio, no presta cooperación a la iniciativa de los particulares, duda de la buena fe de los que quieren Paz y amenaza de “proceder en consecuencia”, con lo cual sólo va a conseguir que se prolongue el dolor del pueblo y entregar a su sucesos una tierra humeante todavía…”. (Palma, 2011: 55).

El Dr. Palma no tenía los problemas de los dueños de medios de hoy, que temen mencionarse, y hasta solidarizarse. Por ejemplo, La Prensa guardó silencio ante el atropello policial que sufrió Roberto Collado, uno de los editores de El Nuevo Diario. El Director de “El Eco Nacional”, se refiere, por ejemplo,  a un compromiso firmado por los directores de los diarios “La Prensa” y “La Nueva Prensa”, Pedro Joaquín Chamorro Zelaya y Gabry Rivas, en el que ambos  llaman a que cesen los debates candentes por motivos partidaristas que separan a los nicaragüenses; y también expone su propia posición:

A mí no me ciega, por mi adhesión, el emblema de mi partido, ni me ensordece por no militar en sus filas el emblema del partido al que estos dos colegas pertenecen. Al contrario, creo que la nacionalidad no podrá recuperar todos sus quilates mientras los directores de ambos partidos estén empeñados en una lucha estéril, de destrucción, de exterminio”. (Palma, 2011: 27).

“Una Joya del Pasado”
Son curiosas las vueltas y revueltas de la historia, porque después de que el papá de Hugo Palma Ibarra destacara el compromiso asumido por Pedro Joaquín Chamorro Zelaya, desde ese mismo diario La Prensa, pero 30 años más tarde, el hijo de éste, el irreductible luchador anti somocista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, rescata y valora enormemente el pensamiento del Dr. Ildefonso Palma Martínez, en lo cual vale la pena detenerse. Se trata de una polémica que éste tuvo con un ex Director de “El Eco Nacional”, Federico Schneegans padre, quien atacó al primero con un artículo titulado “El sandinismo que más causa daño”, a causa la posición del Dr. Palma a favor de la paz con Sandino, y a una crítica que hizo a una declaración presidencial que consideró como “un arma peligrosa contra la libertad de imprenta y el deseo del pueblo por la paz, …”, y argumenta:

Si la paz (en Las Segovias) no ha sido impuesta a balazos por quienes pudieron hacerlo, lo natural es pensar en llegar a ella mediante la persuasión y el espíritu de fraternidad”. (Palma, 2011: 45).

También le dice:
“Y a su criterio (Federico Schneegans, padre) sobre el General Sandino, lo remito al mismo pueblo de los Estados Unidos, a esos millares de obreros norteamericanos que proclaman el derecho que tienen los pueblos débiles para regirse soberanamente”. (Palma, 2011: 47).

El Dr. Palma le recuerda a Schneegans su indignidad de haber pretendido legitimar y legalizar en la Constitución Política de la República la intervención de EEUU en Nicaragua como lo escribió cuando fue Director de ”El Eco Nacional”, lo cual, advierte, hace “perfectamente necesario, por los que quieren entregar la Soberanía, la bandera de un General Sandino”. Y es que Schneegans había alabado la Enmienda Platts, mediante la cual los Estados Unidos sojuzgaban a Cuba, y quería ese mismo estatus para Nicaragua. Tres décadas después, desde Novedades, el diario de la dictadura somocista, Schneegans calificaba a la oposición de “intervencionista” y “vende patria”. Bajo el título de “Una Joya del Pasado”, el 15 de febrero de 1963 el futuro “Mártir de las Libertades Públicas”, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, desenmascaró al verdadero vende patria que era el editorialista del diario oficialista, mediante la contundente respuesta del Dr. Palma de diciembre de 1932.

Tras ganar las elecciones Juan Bautista Sacasa, el Dr. Palma considera que hay un nuevo ambiente, muy diferente del que prevalecía durante el gobierno de Moncada y estima que “es ya una realidad el deseo de que la intolerancia política se vaya borrando, abriendo los campos de la fraternidad donde puedan convivir todos los nicaragüenses”. (Palma, 2011: 73). Su valoración de las nuevas condiciones lo llevan a escribir el editorial titulado “Llegará la paz”, en el que dice: “Y llegará por el sendero de la fraternidad, contra los deseos de los que juzgan que es indecoroso hacer la Paz con Sandino”. (Palma, 2011: 76).

Una lección de patriotismo ofrece el Dr. Palma en su editorial que tituló “14 y 15 de Septiembre”, en el que destaca que se celebrarán las fiestas patrias sin la presencia de los interventores. “Ni siquiera estarán en el país los soldados de la marina que antes ocupaban en la custodia de la Legación de los Estados Unidos…”. (Palma, 2011: 87). Y reivindica que “Somos libres”.

Y somos libres como entidad nacional y como entidad política; porque el hombre nicaragüense nunca se ha sentido esclavo; ha rechazado la intervención en todas las formas, siendo una excepción los pocos traidores que han mancillado la honra nacional y que puedan vanagloriarse de ser y de haber sido intervencionistas: (…)”. (Palma, 2011: 87).

Dr. Ildefonso Palma Martínez

Advirtió el papel que jugaría la Guardia Nacional
Por otro lado, el Dr. Palma comprendió con claridad muy tempranamente, la naturaleza criminal de la Guardia Nacional, y desde “El Eco Nacional” denunció sus ultrajes y tropelías contra el campesinado. “Ayer publicamos algo referente a hechos delictuosos cometidos por miembros de la Guardia Nacional a indefensas mujeres del valle de Apanás, Jinotega”. (Palma, 2011: 93).

Denuncia asesinatos, torturas diversas entre ellas el uso del chuzo eléctrico y la aplicación de la llamada “Ley Fuga”. Señala que mujeres, ancianos y niños han sido víctimas en la montaña, califica como “organización defectuosa” a la Guardia Nacional, y agrega que “es una institución inconveniente para nuestro país”.

El Dr. Palma le advierte del peligro al propio Mandatario:

Pero esa Guardia, señor Presidente de la República, necesita de una revisión atenta. Ha visto usted, que ya hubo un caso de anormalidad que presagia días tremendos para la Patria. Hay que moralizar la institución apartando a los elementos de disolución, dejando a los que saben conservar en sus manos limpia la enseña que en ellos se ha depositado. Porque hay en la Institución elementos de orden y de honor. Pero hay otros que están tejiendo la madeja de una intriga militar que es preciso romper. (Palma, 2011: 108). Días antes, había exhortado al Presidente Sacasa a depurar a la Guardia Nacional, y le dice una frase que resultaría profética: “Le conviene hacerlo hasta por seguridad de su gobierno”. (Palma, 2011: 92). Ya sabemos lo que ocurrió después: Somoza le pasó la cuenta a Sacasa.

Y siguieron los editoriales poniendo al descubierto la peligrosa naturaleza del cuerpo armado ya controlado por Somoza:

“Más miedo hay que tenerle a la Guardia Nacional en la Paz que en la guerra. Armada como está de facultades arbitrarias, sin obedecer  a la índole propia nuestra, puede llegar a constituirse en árbitro  de los destinos del país, y entonces habremos retrogradado a los funestos días de las revueltas, y habrá aparecido en el escenario de nuestra vida política un nuevo mal: el de las insubordinaciones cuartelarias”. (Palma, 2011: 108).

Múltiples temas abordados con lucidez
En sus casi doscientos editoriales, el Dr. Ildefonso Palma aborda múltiples temas, como que en el gobierno estén personas esclarecidas sin importar a cual partido pertenezcan; se preocupa por los obreros, por los campesinos afectados por la guerra,  propugna una alianza entre obreros y estudiantes; apoya que los periodistas cuenten con una organización y un código de ética (actualmente el gremio está fragmentado y polarizado y no tiene un Código de Ética aunque hay dos propuestas); se pronuncia por campañas políticas en base a principios y no con calumnias ni injurias, y rechaza la corrupción de los caudillos “y los gobiernos de familias que se han entronizado”. Todo de una gran actualidad.

Finalmente mencionaremos que el Dr. Palma intentó sin éxito en los años treinta, que se consagrara en la Constitución Política el derecho de la mujer al voto. Él estaba demasiado adelantado para su tiempo. No fue sino hasta veinticinco años después, en 1955, que se levantaron las restricciones para que la mujer participara en las justas electorales. Él puso su parte en esa lucha de la mujer nicaragüense. Y que, igualmente, en 1931 planteaba aspectos fundamentales de una autonomía universitaria, lo cual se logró hasta en 1958.

Sus ideas de avanzada, sus propuestas humanistas y progresistas, el raciocinio que despliega en sus editoriales publicados entre 1932 y 1933 en el diario leonés “El Eco Nacional”, me llevan a asociar el Dr. Ildefonso Palma Martínez, con el Canto Cuarto, de La Divina Comedia –a cuyo autor por cierto él cita en más de uno de sus escritos--, en el que Dante relata su llegada, conducido por Virgilio, a un lugar donde se encuentran quienes con la sola luz de la razón, han elegido el camino de la virtud. En este círculo, el gran poeta y narrador italiano ve a un hombre con una espada en la mano, encabezando a un trío: es nada menos que Homero, y quienes le siguen son Horacio, Ovidio y Lucano. Los seis se reunieron y caminaron. 

El autor de “La Divina Comedia” refiere que “Ahí había personajes de mirada tranquila y grave, cuyo semblante revelaba una gran autoridad: hablaban poco y con voz suave”. Luego fueron “a un sitio despejado, alto y luminoso”, desde donde le fueron señalados “los grandes espíritus, cuya contemplación me hizo estremecer de alegría”. A quienes vio Dante, entre otros, eran Sócrates, Platón, Diógenes, Anaxágoras y Tales, Heráclito, Séneca, Ptolomeo, Euclides e Hipócrates.

Como hemos visto, casi 80 años después de haber sido escritos en “El Eco Nacional”, muchos de los editoriales del Dr. Ildefonso Palma Ibarra, están vigentes, lo cual evidencia sus atinados criterios humanistas y su visión futurista, pero también pone de manifiesto, lamentablemente, que los nicaragüenses avanzamos en círculos, nos tropezamos a cada rato con la misma piedra, no aprendemos las lecciones del pasado, seguimos lidiando con funcionarios públicos que no sirven, sino que se sirven con la cuchara grande del erario público por lo que prevalece la corrupción generalizada, y los caudillos y dictadores están a la orden del día. Con sus ideas, el autor de “Editoriales”, nos reclama desde donde está junto a Diógenes, que seamos capaces, ¡y muy pronto!, de provocar ese anhelado punto de inflexión que comience a cambiar drásticamente la Historia de nuestra desventurada Nicaragua.

Bibliografía:
1)     Palma Martínez I. (2011). Editoriales, “El Eco Nacional”. Primera edición. Managua. Imprenta Comercial La Prensa.
2)    Alighieri, Dante (1981). La Divina Comedia. Segunda edición. Madrid. Espasa-Calpe, S.A.
3)    García Márquez, G. (2010). El mejor oficio del mundo. Discurso ante la 52ª Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Los Ángeles, Cal., EE.UU., 7 octubre 1996.
4)     Jorge Eduardo Arellano: Alfonso Cortés. Materiales de Lectura, UNAN, México. Recuperado el1de mayo del 2011, de: http://www.materialdelectura.unam.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=126&Itemid=1&limit=1&limitstart=1
5)     Julio Valle Castillo (feb 14, 2009), Nota Bibliográfica, Alfonso Cortés, El Nuevo Diario, Suplemento Literario Nuevo Amanecer Cultural (NAC). Recuperado el día 1 de mayo del 2011, de http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2009/02/14/suplemento/nuevoamanecer/
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