La intolerancia lleva al gobierno a cometer sucesivos errores que van sumando, acumulando y haciendo sinergia, afectando cada vez a más personas, y golpeando la imagen del partido gubernamental. Quitarle la nacionalidad nicaragüense al sacerdote Alberto Steffano Boschi, es una torpeza mayúscula, pues él tiene varias décadas de vivir en Nicaragua, y en función de los pobres, como lo atestiguan centenares de familias beneficiadas de Ciudad Sandino. Primero lo enviaron a la cárcel, después lo forzaron a salir del país y ahora lo dejan “en el aire”, pues al solicitar su nicaraguanidad, perdió la ciudadanía natural, italiana, según le confirmó recientemente la embajadora italiana en Managua. ¿Cuál es el problema? Que este hombre identifica peligrosas manifestaciones de autoritarismo en el Frente, por lo que le hace oposición de manera beligerante y vinculado al MRS.
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